Desde su ingreso al mundo de la docencia local, allá por mediados de los ‘90, Daniel Paredes viene sosteniendo un trabajo de compromiso con su tarea docente y en cada una de las instituciones en las que le tocó prestar servicios.
Hace algunos años ya que está al frente del proyecto pedagógico en la escuela Pedro Giachino y su conocimiento sobre las necesidades que tienen las escuelas lo llevaron a pensar en postularse para la vicepresidencia del Festival que, durante la asamblea de junio, tiene que renovar esos cargos.
Pero aclara que no se trata de una disputa por el poder dentro de la fiesta gaucha sino de poder “sumar” y de “proponer”. Los ejemplos de esa predisposición están en que elaboró junto a un equipo de colaboradores un proyecto en el que sostienen el para qué quiere formar parte de la Doma.
“Queremos que las escuelas recuperen protagonismo pero no solamente en lo económico sino en calidad de participación. Hay que ir con propuestas claras y me animo este año porque creo que tengo el tiempo, la experiencia y la mirada de las necesidades de las escuelas. Y voy con una propuesta clara, sostenible y realizable”, señaló Paredes.
El eslogan que eligieron es ‘vos participás, yo participo, juntos sumamos para que nuestro Festival siga creciendo’ y hay cuatro ejes sobre los que gira la propuesta.
El primero de ellos tiene que ver con la conformación del Servicio Escolar Único de Emergencias, una suerte de comisión que les permita a las escuelas negociar en conjunto la prestación de los servicios de urgencias médicas dentro de los establecimientos escolares y no por separado como se hace hoy.
El otro eje fuerte se centra en la recuperación del Gabinete Psicopedagógico que hoy ha sido librado a la decisión de cada escuela con los fondos coparticipables que les gira el Festival, pero no vendría funcionando todo lo bien que debería ese sistema, al menos en las escuelas con mayores dificultades de aprendizaje entre sus alumnos. Sobre este tema se propone una discusión sobre el modo de prestar el servicio y sobre la unificación en un servicio de similares características para todas las escuelas.
Los dos ejes restantes tienen que ver con propiciar el fortalecimiento del vínculo entre el festival y la comunidad, ítem dentro del cual aparece como posibilidad la creación de una radio FM donde se pueda hacer periodismo escolar. Y también se menciona la posibilidad de crear un centro cultural dentro del festival que ofrezca cursos de capacitación y talleres vinculados a lo folklórico que deriven en la creación de un cuerpo de baile y de músicos que puedan hacerle su aporte a la fiesta.
“Es ir a sumar como representantes genuinos de nuestras escuelas. Todos los representantes de las cooperadoras hacen su aporte, pero tal vez desconocen las necesidades reales pedagógicas de las escuelas. Por ejemplo, en los problemas de aprendizaje de nuestros niños que se ven cada vez más. Desde ese punto de vista, la mirada de nuestras escuelas tiene que darle más calidad”, añadió Paredes.
Hay experiencias no tan lejanas de directivos que han encabezado la comisión directiva. Recuérdese en la segunda mitad de los ‘90, las presidencias que ocuparon Carlos Poggio y Rodolfo Visintín, quienes eran docentes del IPEM 69 (antes IPET 23). Y de numerosos docentes que integraron secretarías y subsecretarías.
“La idea es llevar aportes positivos para que el festival siga creciendo, recuperando este espíritu solidario con que nació para llegar más a las familias”, concluyó el director escolar.
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