Ongamira, en el Departamento Ischilín, tierra de Comechingones acuña en la historia la gesta de grandes logros que significaron mucho en la Reforma Universitaria de 1918 de la mano del Dr Deodoro Roca, este patriota insobornable que tenía allí su casa de descanso donde con un grupo de amigos perpetuaron la tan altiva gesta que marcó el comienzo del siglo XX.
Luego de un largo camino de tierra, cubierto de montañas y tras un casi escondido cartel indicador se encuentra el Museo Deodoro Roca.
Humberto Feliciano Supaga, dueño de la Casa Museo y gran conocedor de la historia cuyo bisabuelo fue amigo personal de Roca, en 1995 comenzó a juntar las piezas que hoy componen el museo y compró la pulpería que data de 1880 y que todavía se mantiene en pie.
Este lugar atesora el nacimiento de esta tan importante Reforma de 1918. Allí, se puede apreciar en una vitrina la máquina de escribir Continental que se usó para escribir la reforma. Es el mayor de los tesoros del centro Recreativo Cultural Deodoro Roca, también existen escritos judiciales pertenecientes a este encumbrado hombre de principios. Además, se pueden apreciar alrededor de 24 mil piezas y objetos antiguos y algunas armas.
Hace 94 años, la Argentina era un escenario de un movimiento estudiantil que daría un notable impulso a la educación nacional y que se proyectaría desde Córdoba a todo el país. El 15 de junio de ese año los estudiantes de la Universidad Nacional de Córdoba iniciaron una huelga en reclamo de profundos cambios en la vida universitaria. En esta fecha, la Federación Universitaria de Córdoba hizo público el Manifiesto Liminar que redactara el Dr Deodoro Roca y cuyos esbozos fueron acuñados en Ongamira en el departamento Ischilín, lugar donde junto a un grupo de amigos dio origen a la Reforma Universitaria que se constituyó en uno de los hechos políticos mas importantes del siglo XX.
Esos principios contribuyeron a que las universidades públicas fueran un verdadero faro de conocimiento y un impulso para el progreso educativo, cultural y científico, además de generar un capital intelectual y de recursos humanos permitiendo la industrialización y modernización del país.

La reforma tuvo estrecha relación con el avance de esos nuevos sectores populares que luchaban contra el sistema de privilegios imperante. De allí surgió el postulado reformista de la “Unidad de los Estudiantes y Trabajadores”, para lograr una mejor calidad de vida en nuestro país, y como dijera Deodoro Roca “no hay reforma universitaria sin reforma social”.
Cuando se hizo público el Manifiesto Limilar, redactado por Deodoro Roca, se convirtió en la declaración emblemática del movimiento reformista.
La Reforma Universitaria tuvo claramente dos efectos: democratizar las universidades argentinas dando origen al cogobierno de las universidades, con la participación plena de los estudiantes en los órdenes colegiados; e instalar la producción del conocimiento científico como una de las actividades fundamentales procurando relacionar íntimamente la docencia con la investigación.
El alcance de la reforma superó las fronteras de nuestro país y toda Latinoamérica la hizo suya porque fue la genuina síntesis de los requerimientos culturales.
Deodoro Roca, cordobés, activo militante estudiantil y de los derechos humanos, se graduó de doctor en leyes y jurisprudencia, participó en muchas instituciones cívicas, sociales y de cultura.
Fue un periodista ágil, fundó el periódico “Flecha”, combativo órgano político y la revista “La Comuna”, defensora de la belleza y el bienestar de la ciudad.
La belleza del paisaje cordobés y su afán por aprehenderlo lo llevaron a la pintura y en su refugio en Ongamira de esa región serrana pasaba largas horas inspirado en el tan placentero paisaje.
El 7 de junio de 1942 dejaba este mundo en su casa de la ciudad de Córdoba dejando su marca en la historia
El 15 junio de 2010, aniversario de la reforma universitaria la Legislatura de la Provincia de Córdoba, por iniciativa del Legislador departamental Mario Vásquez, realizó un reconocimiento al Padre de la Reforma, Dr Deodoro Roca, al igual que a Humberto Feliciano Supaga, dueño de la Casa Museo de Ongamira. El Legislador Vásquez propuso redimir la figura de Deodoro roca injustamente olvidada por la histografía argentina y latinoamericana. “Rescatar esta figura tan conocida de nuestra historia, pero no por ello tan importante, es una obligación que hoy tenemos frente a nuestra juventud. Estas personalidades marcan un camino diferente de construcción de salud mental, de ejemplo de vida trascendente hacia la sociedad que contrastan fuertemente con los modelos de vida superficial, individualista, ampulosa y egocéntrica que la sociedad de consumo nos impone”, señaló Vázquez.
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