Los gobiernos se preocupan más por difundir las obras que están a la vista de todos que por generar sentido de pertenencia de su comunidad.
Durante la última década, distintos escritores y grupos han publicado valiosas investigaciones sobre la historia y las costumbres de Colonia Caroya. Podrán acordar o no con la gestión que gobierna la ciudad (con cualquiera que la gobierne), pero es innegable que a los caroyenses su terruño les tira como a pocos.
Allí están los textos de la discutida escribana Núñez, los ensayos de Efraín U. Bischoff, y más recientemente las publicaciones de Martha Canale y del grupo ALEF por citar una ínfima parte de ellos. En esos trabajos, los caroyenses pueden referenciarse en el pasado, saber de dónde vienen sus costumbres, qué las hizo nacer, y por qué deben conservarlas para las generaciones que vienen.
Sinsacate comenzó el año pasado con un proceso similar de descubrimiento de sus orígenes, le puso una fecha a ese momento (el del encuentro entre el nativo de estas tierras y el colonizador), y comenzó a celebrarlo. Convocó a historiadores, vecinos, y hasta hizo una publicación con los resultados de esa investigación que demandó algunos meses.
En Colonia Vicente Agüero, con motivo de el 90 aniversario de la creación del pueblo, la comuna hizo una publicación y, en estos momentos, el ex presidente comunal Jorge Visintín está concluyendo la redacción de lo que será el primer libro que narre gran parte de los sucesos que dieron origen a esa comunidad.
Jesús María tiene como precedentes próximos, un trabajo fechado durante la intendencia de Héctor Mario Picat que es lo más cercano a un libro con la historia de la ciudad, al igual que el excelente trabajo que realizó el periodista Miguel Gramajo pensando en su utilización en cuarto grado de la escuela primaria y que lleva por título Mi ciudad y yo. Todos esos trabajos están fechados entre mediado de los ‘80 y mediados de los ‘90 y no se pueden conseguir en las librerías.
Existe un trabajo inédito de don Luis Biondi que lleva por título Jesús María, Villa y Cabecera de Anejos Norte y que resume en 300 páginas gran parte de la recopilación de datos que hizo en diversas fuentes (archivos, revistas, diarios) sobre la ciudad cabecera del Departamento Colón.
En 2004, y por intercesión de Claudia Sorroza, don Luis Biondi accedió a entregar al archivo municipal una copia de ese meticuloso trabajo para que puedan acceder a él los vecinos de la ciudad.
Es un dato que poca gente conoce, pero no deja de ser una buena noticia que, así como Caroya, Vicente Agüero, y Sinsacate pueden referenciarse en trabajos de investigación, Jesús María cuenta con una valiosa fuente histórica.
Después de todo, la construcción de pertenencia tiene más que ver con la adquisición de bienes intangibles que con obras que están a la vista de todos. Los gobiernos locales tienen que oficiar de custodios de ese patrimonio intangible, alentarlo, propiciarlo y, por qué no, financiarlo.
Porque todas las comunidades tienen derecho a saber cómo nacieron, quiénes los precedieron, cómo se plantaron las primeras instituciones, qué trazos hicieron sobre la ciudad que vendría.
Eso que no se ve es demasiado importante como para ignorarlo. Conocernos nos empuja hacia el futuro con nuevas metas y con el orgullo de saber por qué somos de acá.
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Editorial: El patrimonio intangible

Claudio Minoldo
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