Ya en 2003 un trabajo de tesis decía que el turismo cinegético contamina el norte de Córdoba


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Se trata de un trabajo final de tesis para la Escuela de Turismo y Hotelería Marcelo Montes Pacheco de que hicieron Claudia Sorroza y Nadia Quevedo en la que investigaron la actividad en el norte de Córdoba y se toparon con el saldo ambiental desfavorable que produce la caza de la paloma.

Durante los últimos años, las noticias con contaminación de suelos con plomo en el norte de Córdoba no es ninguna novedad. Pero dos alumnas de la carrera de Turismo, Nadia Quevedo y Claudia Sorroza, ya habían descubierto la problemática en 2003 cuando presentaron su tesis de grado.
En promedio, un cazador realiza 1200 disparos diarios y alrededor de 6000 disparos durante toda su estadía. Sólo en 2003, habían ingresado a nuestro país para cazar palomas 2840 personas que elevaron la cantidad de disparos a 17 millones.
Lo preocupante es que quedaban como saldo 17 millones de vainas plásticas y 426 toneladas de plomo en el lugar de caza con la consiguiente contaminación del terreno. La solución sería lograr que se reemplace el plomo de los cartuchos por acero, aunque el costo del cartucho se incremente, pero no hubo hasta el momento modificación sobre esta actividad que generar ingresos millonarios.
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La actividad de la caza de la paloma se desarrolla en los departamentos del Norte y Este de Córdoba y en la actualidad existen unos 20 operadores aglutinados en la Cámara de Turismo Cinegético que representan 90 % de la actividad.
Determinar la posibilidad de un desarrollo sustentable de la actividad turística de Caza de la Paloma en el medio natural donde se realiza fue uno de los objetivos que se planteó el estudio en 2003. Pero la conclusión a la que arribaron fue que existía una escasa posibilidad de desarrollo sustentable.
¿Por qué? Por la enorme contaminación que genera la actividad en el ambiente. Los siguientes párrafos del trabajo realizado en 2003 resumen esa afirmación
“Se ha podido determinar que la actividad opera con un altísimo riesgo potencial contaminante, no sólo para el ambiente sino además para los sujetos intervinientes, los pobladores, los productos de origen en el lugar y como sucede en todos los casos de riesgo potencial ambiental: para las generaciones futuras.
Acorde a los conceptos vertidos en el marco teórico, se puede establecer que tan sólo la presencia humana en el medio natural, ya constituye una amenaza y una alteración en el mismo; el hecho de que esta presencia se vea potenciada por el uso de elementos contaminantes, la situación de peligrosidad creada resulta aun mayor y sólo es posible medirla a través de estudios de impacto ambiental y análisis de las variables afectadas como el ya realizado por la cátedra de Química General de la Universidad de Ciencia Físicas, Químicas, y Naturales.
Asimismo, nos encontramos en condiciones de afirmar que estamos ante la presencia de una actividad que usa altas cantidades de metales tóxicos y plásticos, que no se eliminan adecuadamente, despositándose en un ambiente donde se realizan cultivos y producción ganadera destinados a la alimentación humana.
Por último, cabe destacar que las cantidades consignadas son realmente alarmantes ya que los turistas cazadores que visitan la región depositan la cantidad de 426 toneladas de plomo al año. Esto exige que los responsables del área gubernativa diseñen y pongan en práctica nuevas políticas ambientales que eviten males mayores”.
Se ha demostrado científicamente que, además de causar algunos de los problemas ambientales más graves, la exposición a metales pesados en determinadas circunstancias es la causa de la degradación y muerte de vegetación, ríos, animales e, incluso, de daños directos en el hombre.
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Para dimensionar la magnitud del problema, vale reseñar que este trabajo de 2003 realizó una proyección sobre acumulación de residuos contaminantes en el triángulo que une Jesús María con Deán Funes y San Francisco del Chañar, bastante acorde al crecimiento que tuvo el sector durante esta década.
Inicialmente, eran cuatro los establecimientos que se dedicaban de lleno a la actividad, pero esa cifra ya se duplicó. De los 2800 turistas cazadores que vinieron en 2003, la cifra calculada para 2013 supondrá la presencia de 4.626 turistas cazadores, el plomo utilizado en 2013 de 694 toneladas, con lo que la proyección de acumulación de plomo entre 2003 y 2013 nos acercará a la fiolera de 5626 toneladas de plomo en los campos del norte donde se producen alimentos.
El trabajo de tesis de Quevedo y Sorroza incluía, también, una serie de propuestas remediadoras de la situación. Para el órgano de aplicación en gestión turística, la Agencia Córdoba Turismo, varias recomendaciones, entre ellas, protección del patrimonio turístico, calificar y registrar las empresas prestadoras, verificar el cumplimiento de la legislación, destino de beneficios en comunidad receptora, y asegurar el intercambio cultural. También, había propuestas para el órgano de aplicación de la gestión ambiental, la Secretaría de Ambiente, respecto de obligar a los cazadores a sustituir plomo por acero. Recomendaciones que incluso hoy siguen vigentes.
Claudio Minoldo

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