La Asociación de Amigos del Hospital Vicente Agüero nació allá a fines de los `90 con la sana intención de colaborar con la manutención del centro de salud que sigue siendo referente de área para siete departamentos del norte de Córdoba.
El edificio era apenas la parte que está sobre la calle España, entre 25 de mayo y Carreras, y los pacientes se abarrotaban en los pasillos en busca de la atención profesional. El gobierno de Ramón Bautista Mestre financió la ampliación del edificio a casi una manzana, con excepción del espacio que ocupan las religiosas que viven allí. En las reformas se invirtieron tres millones de pesos (corría el año 2003) que incluyeron la construcción de 2500 metros cuadrados nuevos.
Y a ese monstruo grande hubo que alimentarlo con personal, con aparatología, y con insumos para poder dar respuesta a las comunidades a las que asiste. En tal sentido, después de tanta insistencia de tantos directores, algunas cosas mejoraron, a tal punto que algunos servicios son similares a los de la medicina privada, salvando las distancias.
En cuanto a aparatología, se incorporó ecógrafo bidimensional, ecógrafo obstétrico, fibroscopio, procesador de placas radiográficas, electrocardiógrafo de 12 canales, oxímetro de pulso, electro bisturí con equipo de fotocoagulación, microscopios y estufas esterilizadoras, entre otros.
Cuando se inauguró el moderno edificio, el gobierno puso como director a Carlos Hugo Farias, quien fue sucedido por Félix Manuel Aranda. Fueron los últimos referentes locales que se nombraron en la institución porque después vinieron tres directores que se domiciliaban en Córdoba, inclusive el actual.
Desde entonces, hubo quejas a intervalos regulares sobre la situación del hospital: cuando no falta personal, falta aparatología, o faltan insumos, o faltan servicios, o algunos servicios dejaron de funcionar.
La cooperadora ensayó en todo este tiempo diversas maneras de colaborar: desde la venta de bonos voluntarios (que en muchos casos terminaron siendo compulsivos), rifas, bingos, campañas de socios, cenas a beneficio, y un largo etcétera que incluye la participación de otras entidades y empresas en la colaboración.
Vale recordar que durante muchísmos años estuvo al frente de la Asociación de Amigos, el recientemente fallecido maestro Elvio Humberto Roya, acompañado por Julio Romanutti, y un grupo de mujeres que sigue acompañando a Puddu en la nueva conducción.
Roya le confió a sus amigos cercanos que el último convenio no lo había dejado satisfecho. Le hacía ruido y había comenzado a recibir algunas críticas por el elevado canon que se llevaba quien instrumentaba la campaña solidaria.
Pero la nueva comisión ya tomó la determinación de no continuar con el convenio vigente y dejar cómo uno de los únicos mecanismos de financiación el que proponen a través de la Cooperativa de Servicios Públicos: cualquier usuario puede en forma voluntaria donar dos pesos mensuales a la Asociación de Amigos del Hospital, suscribiéndose a través de una declaración escrita que debe depositarse en urnas que estarán distribuidas en los lugares de cobro de la Cooperativa de Servicios Públicos, y en otras entidades y comercios.
Próximamente, darán a conocer el número de cuenta del Banco de la Provincia de Córdoba para todos aquellos que quisieran realizar una contribución extra. Y para todos los gastos, extenderán cheques. Son muestras de que algo cambiará en pos de mayor transparencia.
El cambio que viene
En junio de este año, termina el convenio que oportunamente celebró la Asociación de Amigos del Hospital Vicente Agüero con un particular para la explotación de una “raspadita” solidaria, un mecanismo que le dejaba la mitad de los dividendos a la cooperadora y la otra mitad a quien explotaba el servicio.
La raspadita generó críticas de algunos usuarios y también del personal de salud del hospital, además de los reparos lógicos de la comunidad.
Pues bien, la nueva comisión directiva de la Asociación de Amigos del Hospital tomó la determinación de no renovar aquel convenio y, en su lugar, celebrar uno con la Cooperativa de Servicios Públicos que le hará de agente de cobro a la cooperadora del hospital.
Con la emisión de las facturas de este bimestre en curso, la Cooperativa enviará un talón explicando que aquel que quiera puede suscribirse a una ayuda voluntaria de dos pesos mensuales.
Todos saben que el pago de los impuestos provinciales debieran pagar los servicios esenciales de salud, educación, y seguridad, pero todos saben que esos fondos resultan siempre insuficientes en relación al crecimiento poblacional y de servicios que demanda una comunidad.
Por eso, no es de extrañar que una cooperadora termine auxiliando al Estado Provincial en la manutención de varios servicios en el Hospital Vicente Agüero o que lo haga en la provisión de algunos insumos o en la construcción de espacios requeridos para la prestación de algunos servicios.
Nicolás Puddu es desde fines de febrero el nuevo presidente de la Asociación de Amigos y se mostró satisfecho con la respuesta que les dio la Cooperativa: “La verdad es que se han portado muy bien y no nos van a retener nada de lo que cobren por nosotros. Son dos pesos mensuales que se le cobrará, exclusivamente, a todo aquel que se adhiera en forma voluntaria. Quienes quieran sumarse tienen que depositar un troquel que les va a llegar con la boleta de energía que va acompañada por una cartita nuestra y un pie de página troquelado que hay que cortar, firmar, llenar los datos, y depositarlos en las urnas que van a estar en todos los lugares de pago de los servicios de la Cooperativa y en algunos comercios e instituciones”.
Puddu recordó algunas de las actividades que desarrolla la cooperadora, que se formó hace más de una década y que cuenta con personería jurídica. Entre ellas, se encuentra, la financiación del servicio de guardias, por citar un ejemplo. También colaboran con la adquisición de pañales para recién nacidos y adultos, y la compra de todo tipo de insumos cuando están en falta.
En definitiva, van parchando los agujeros del presupuesto que el gobierno de Córdoba no cubre. Recientemente, algunos sectores gremiales dentro del hospital tuvieron un duro cruce de opiniones con el director del centro de salud por la situación general del hospital. Mientras que el gremio señalaba las ausencias, por parte de la dirección hablaban de normalidad.
El mero hecho de que tenga que existir una cooperadora habla a las claras de que existen motivos para pensar que no está del todo bien la situación del hospital. Más allá de quien tenga razón o no en esta discusión, lo cierto es que el hospital necesita una mano y ahora hay un mecanismo transparente.
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