Alberto Reinaldi, Subsecretario de Protección de la Niñez y la Adolescencia, explicó por qué cada comunidad tiene que tener su propio Consejo local de Niñez y Adolescencia.
¿Cómo surge esta iniciativa?
El gobierno provincial detectó la necesidad de descentralizar la política pública de niñez y adolescentes en toda la provincia, respondiendo a las exigencias de la ley 26.061. Como parte de esa estrategia, se planificó la conformación de una red entre el gobierno provincial y los distintos municipios, se fijaron diversas etapas, y la primera de ellas arrancó con la reunión entre la Secretaría de Niñez de la Nación, la Secretaría de Mujer, Adolescencia y Familia de Córdoba, y 150 de los 427 municipios que tiene Córdoba.
¿Cuál fue el puntapié?
Se realizaron diversos encuentros tratando de lograr que cada comunidad integre su propio Consejo local de Niñez y Adolescencia. La idea de los Consejos locales es que puedan contener la problemática y se trabaje en conjunto con la provincia para resolver los problemas vinculados a la vulnerabilidad de niños y adolescentes. No sólo necesitamos que dicha problemática se incorpore en la agenda política local sino que se compartan experiencias con el resto de los municipios.
La principal crítica que suele haber es que se descentraliza pero la distribución de recursos es compleja y perjudica a los que tienen menos organización
El tema presupuesto es uno de los temas claves a resolver en una política que creemos que es nueva en el sentido de que tanto el gobierno nacional como el provincial están dispuestos a cumplir con la Ley 20.061. Pero acá somos todos responsables, aunque el estado en todas sus manifestaciones sea el garante de los derechos del niño. Al mismo tiempo, se requiere la participación de otros actores sociales, además de los actores políticos. Ésta es la gran novedad y el gran desa-fío que tenemos los que estamos en política: integrar a la construcción de una política pública a los actores sociales, esto es, las organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, las empresas, y todas las organizaciones que defienden y protegen los derechos del niño. Una de las grandes obligaciones y desafíos es trabajar el tema presupuestario. Tenemos como gran objetivo crear un sistema de protección de derechos que nos ayude a construir una política para que los dineros públicos que se designen en materia de niñez y adolescencia estén asignados de la mejor manera posible y con eficiencia. Y que todos los organismos del estado estén alineados en el sentido de que estén presentes cuando haya que resolver problemas de salud, educación, desarrollo social para niños y adolescentes vulnerables.
En la agenda sobre niñez y adolescencia parece que apremia la necesidad de trabajar preventivamente sobre la violencia
No solamente el preventivo sino también el asistencial. No solo tenemos que alinear en materia de servicios públicos hospitalarios y dispensarios para trabajar estos emergentes que tienen vinculación directa con la problemática de niños y adolescentes sino también hacer un gran esfuerzo en materia de prevención. Justamente la constitución de los Consejos locales apunta a esto, a empezar a reconocer los problemas locales –no en todas las comunidades el consumo de sustancias psicoactivas es igual, por ejemplo-, y a generar las herramientas para afrontar estos temas en materia de orientación y que exceden la cuestión presupuestaria.
¿Qué es lo deseable en la conformación de los Consejos locales de niñez?
La voz autorizada y académica tiene que estar presente, pero también otros actores que creemos que tienen que tener participación. Hay mucha gente de la sociedad que trabaja en esto, en los comedores, en entidades deportivas o culturales, en ámbitos de salud aunque no sean profesionales. Hay que incorporar a muchos otros actores que tienen un rol concreto y protagónico con la población infantil y juvenil. Nos involucra a los adultos como responsables de la formación de una niñez y adolescencia feliz y que posibilite que sean luego adultos responsables.
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