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El derrumbe del sistema


La mediatización de la epidemia de Gripe A dejó al desnudo la fragilidad en la que está nuestro sistema sanitario.

Nos acusan a los medios de comunicación de llevar alarma a la comunidad, mientras intentamos desentrañar la compleja trama que rodea a la gripe A H1N1.
Es que nuestra labor se llenó de preguntas después del 28 de junio cuando el ministro de Salud de la Nación salió a decir que calculaban la cantidad de infectados en 105 mil. Y más aún cuando se señaló que el 90 por ciento de la gripe circulante era “A”.
El Consejo Federal de Salud, integrado por los ministros de salud de cada provincia, se reunieron recién el 6 de julio, pero la congestión y el incremento notorio de consultas se viene reiterando desde hace cuatro semanas.
¿Qué pasó entonces? Las autoridades sanitarias se saltearon la etapa de prevención y de contención y no se realizó la vigilancia epidemiológica en forma responsable. Tampoco hubo plan de contingencia y se pasó directamente a la etapa de mitigación de la enfermedad.
Lo que esta epidemia desnudó fue la fragilidad del sistema de salud argentino. Certeza de ello es que en el ranking de personas muertas como consecuencia de la gripe A H1N1 nuestro país figura en el tercer lugar a nivel mundial.
La totalidad de muertos por influenza A en nuestro país representa el 14 por ciento del total de muertos en el mundo entero.
A las comparaciones nos remitimos: Chile confirmó 8.160 casos de gripe A pero sólo computa en sus estadísticas 16 muertos. Argentina, en cambio, tiene 2.677 casos confirmados, según la información que colgó el Ministerio de Salud de la nación, pero la cantidad de muertos ascendió a 82.
¿Cómo es posible que Chile compute tres veces más casos que Argentina pero registre tres veces menos de muertes? Sin lugar a dudas, la política sanitaria del país trasandino fue diferente a la nuestra y eso se traduzca en menos víctimas.
En nuestra región, la emergencia sanitaria fue una medida preventiva prudente por parte de las autoridades, pero a un vasto sector de nuestra sociedad lo tiene paralizado el pánico y prácticamente no hay actividades de ninguna naturaleza.
Esa parálisis social nos deja en una posición incómoda porque no hay demasiados temas sobre los cuales hablar, excepto de la gripe A y sus consecuencias.
La gripe está y no es culpa nuestra. Si hay alguna culpa, está en las autoridades sanitarias que ocultaron la magnitud del problema, mientras los candidatos a legisladores se pavoneaban en todo el territorio nacional pensando en el 28 de junio.
Es hora de que cada uno asuma la responsabilidad que le cabe en esta problemática porque nada resulta más fácil que endilgarle las culpas a los que intentamos comunicar de qué se trata la famosa gripe.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

1 comentario:

  1. Nuestro sistema sanitario...
    Todos somos culpables del sistema sanitario que supimos conseguir,
    pero hay CULPABLES CON MAYÚSCULA y entre ellos tengo que contar a LOS ALTOS FUNCIONARIOS MUNICIPALES CAROYENSES (INTENDENTE VISINTÍN Y DR. CHALIMOND que SACARON A LOS MÉDICOS COMUNITARIOS (hermoso equipo de diez profesionales) QUE DESDE HACE AÑOS TRABAJABAN POR LA SALUD Y EL BIENESTAR SOCIAL DE COLONIA CAROYA.
    ¡Cuán necesarios que son los médicos comunitarios! ¡Cuánto habrían ayudado para educar a la población en esta epidemia de desinformación!

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