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Apuntes para entender el problema de las drogas


Desde 1987, la O.N.U. ha establecido el 26 de junio, a través de la resolución 42/112, como el “Día Internacional de Lucha Contra la Drogadicción”.

El objetivo es invitar a todos los países a tomar éste delicado tema, como uno de los más importantes, en sus gestiones de gobierno, teniendo en cuenta el futuro de muchas personas, en un mundo donde el marketing del narcotráfico ha puesto sus objetivos.
El porqué del problema o la búsqueda de sus causas es constante y una demanda vigente y permanente en cualquier grupo social que pretenda hablar de drogadicción.
En los últimos años, los gobiernos, entidades públicas y privadas, investigadores, familias, médicos etc., han tomado mas conciencia de los efectos profundamente dañinos que causa el uso de sustancias generadoras de dependencias psíquicas y físicas en las personas, sean legales o ilegales, aunque ante un problema con tantas aristas es imposible pensar en soluciones a corto plazo. La problemática viene instalándose desde hace décadas (en el interior de Córdoba se inicia en la década de los 90) por lo cual, las estrategias necesitan un sostén en el tiempo para paliar los efectos de quienes ya se iniciaron en el consumo, como también para cuidar y fortalecer a quienes aún se mantienen sanos.
El fenómeno del abuso de drogas no es un problema aislado de una sociedad concreta o de una ciudad como la nuestra, sino que tiene un carácter transnacional que afecta a muchos colectivos y que requiere estrategias conjuntas tanto a nivel internacional como local desde y con todos los agentes preventivos posibles para abordarlo.
Sin embargo, para comprender el alcance del problema y lograr posiciones idóneas que comprometan a todos los estratos y estamentos sociales es necesario profundizar en este tema, desmontar estereotipos sociales y objetivar el dramatismo existente en torno a los problemas de drogas. Generar un cambio de actitudes es necesario para realizar una intervención preventiva eficaz.
Si bien es cierto que el uso de drogas acompaña al hombre desde sus orígenes, ya que las sociedades primitivas las usaban con sentido ceremonial y religioso o en prácticas comunitarias que le daban un marco de contención; las formas en que actualmente se manifiestan, les dan características particulares, convirtiéndolas en una preocupación sanitaria a la altura de otros padecimientos, como desnutrición, Hiv/sida, etc. y también en una preocupación económica y política, por sus consecuencias relacionadas sobre todo con el manejo delictivo, profundamente sofisticado, de quienes negocian con la vida humana.
Las adicciones son un problema que concierne a LA COMUNIDAD. Por ello, las acciones no deben quedar en un sólo sector de la sociedad, es decir, no es tarea solamente de especialistas, políticos o la policía. Sino, verdaderamente una tarea de TODOS.
Ahora bien, el por qué se da una relación problemática con las drogas o la causalidad de las drogodependencias, implica una respuesta atravesada por la complejidad.
Cuando se habla sobre el fenómeno de las drogas se hace referencia a una problemática multicausal donde intervienen factores personales, interpersonales, sociales y culturales. Del interjuego de estos factores dependerá el nivel de implicancia de cada persona en la problemática del consumo.
Si nos detenemos a reflexionar un momento, lo social y cultural se filtra en un sinnúmero de circunstancias como: los valores predominantes de un pueblo o un país, el grado de bienestar alcanzado, la presencia y accesibilidad a las drogas, la aceptación social de las mismas, la influencia de los mass-media, el grado de participación ciudadana, etc.
En muchos sectores de nuestra sociedad predomina la filosofía hedonista, de búsqueda de satisfacción y de placer, y con un gran miedo y una actitud de rechazo a todas las emociones negativas como tristeza, ansiedad, sufrimiento y dolor. Las drogas y el alcohol han adquirido una gran importancia en este ámbito, ya que pueden proporcionar artificiales sensaciones de diversión, de alegría y también de placer rápidas y conseguidas sin el menor esfuerzo.
Todos ello hace de contexto que acompaña y da forma al fenómeno.
Las características personales y familiares pueden hacer de escudo o de agravante, según sea la menor o mayor posibilidad de filtrar lo social para poder hacer elecciones saludables, donde no haya lugar para el consumo problemático de sustancias.
Esta situación se agrava cuando se extiende el consumo dentro de los distintos estratos sociales y cada vez es mayor el número de individuos potencialmente susceptibles de padecer estos problemas.
Sin embargo, cuando las sustancias forman parte de la idiosincrasia de una cultura, y están socialmente aceptadas, el uso se vive con tal naturalidad que la percepción de riesgo queda disminuida hasta tal punto que sólo es palpable cuando el problema ya es muy grave.
¿Será esto lo que está ocurriendo en nuestra comunidad?
En los momentos de cambio dentro de una sociedad se agudizan las situaciones problemáticas ya que se intensifican situaciones que antes tenían sólo cierto potencial de peligrosidad, para convertirse en ese período de crisis en uno más de los síntomas del mismo, en un problema real, en el que se exacerban sus consecuencias negativas, como es el caso de los consumos de drogas.
Por eso, los problemas de drogas nunca aparecen aislados, normalmente se correlacionan con otros conflictos o ayudan a agravar otros problemas. Más que un problema en sí mismos, se producen en un contexto de conflictos tanto individuales como sociales.

(El próximo domingo, la segunda parte)
Por: Equipo Coordinador “Jóvenes Ciudadanos”. Municipalidad de Jesús María.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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