Una explicación sobre por qué nos hallamos en la situación actual. La crisis fue provocada por individuos sin conciencia altruista.
Aldo Naouri es un célebre psicopediatra francés que, viene señalando la dificultad en la que se meten los padres que no saben cómo poner límites a los hijos. "Creer que una relación horizontal con los hijos puede ser útil o satisfactoria es una locura. En vez de educar demócratas, los padres terminan produciendo dictadores", señala.
Naouri pasó su vida destacando el papel de las madres en la educación de los niños y advirtiendo sobre los peligros de que ellas se pongan a disposición de sus hijos por temor a traumatizarlos."Es imprescindible –expresa el especialista- evitar que los chicos tomen el poder. Las consecuencias son nefastas para la sociedad".
El psicopediatra galo asegura que el problema es que muchas madres son engañadas por un discurso de moda que las esclaviza, en vez de servirlas, y que rige desde hace 40 o 50 años, prácticamente después de mayo del ´68. Ese discurso promueve el placer sin límites, el individualismo y la potencia infantil.
“Imagínese que una madre se encuentra al volante de un vehículo. Su hijo es el pasajero a quien tiene que llevar a buen destino. Antes, había carteles indicadores. Había luces verdes y rojas, agentes para regular la circulación.
E incluso habían puesto al lado de ella una suerte de copiloto, que era el padre de su hijo. Pero hace medio siglo le hicieron creer a esa madre que lo que vale la pena es el viaje, y no el destino. Amordazaron al copiloto y le sacaron los mapas”, grafica Naouri.
Una mujer moderna construirá alrededor de su hijo un útero virtual, infinitamente extensible, de donde nunca deberá salir. Le dará todo lo que quiere. Si la despierta diez veces por día, se levantará diez veces por día, y si quiere que camine a cuatro patas, también lo hará. Al pobre señor que tenía al lado dejará de prestarle atención. Y terminará colocándose en una terrible soledad, que la conduce al divorcio en la mitad de los casos. “Esa es la forma en que engañan a la mujer moderna”, añade.
La pregunta es cómo son los adultos que produjo esa educación de los últimos 50 años y la respuesta es demasiado cruel: son adultos con un profundo desprecio por el esfuerzo. Quieren ganar dinero, pero, sobre todo, no complicarse la existencia. Quieren todo sin hacer absolutamente nada como contrapartida. Eso es, ni más ni menos, que el triunfo de la estructura psíquica llamada “perversión”.
La otra pregunta es cómo se sale del círculo perverso en el que parecen estar muchos países, independientemente de su ubicación geográfica. “Y aquí nos encontramos en pleno simbolismo del matrimonio, institución muy criticada e ignorada en nuestros días. El matrimonio, simbólicamente, está destinado, precisamente, a sacar a los individuos de su condición infantil. Pero las madres no sólo se han vuelto más castradoras, sino más infantiles. Psíquicamente, han dejado de animarse a oponerse a sus propias madres”, concluye el pediatra francés.
Es hora de que los padres asuman su condición fundamental en la educación de sus hijos, que dejen de delegar en terceros (la escuela, el estado) para ponerse al timón y dar un viraje brusco para que las cosas cambien. Porque tenemos que ayudar a que ellos, que son el futuro, lleguen con las herramientas que precisan para tomar las decisiones adecuadas, las que beneficien a todos.
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