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Conocimientos básicos sobre el mundo microbiológico


Por: Fernando Manera (Bioquímico, Jefe de Bromatología de Colonia Caroya, miembro fundador de la Asociación de Bromatología, Ambiente y Zoonosis de Córdoba)

“La Educación para la salud de la Sociedad, nos permite avanzar hacia el futuro por un camino con bases sólidas, que permitirán soportar los avatares de los imprevistos”


En prácticamente casi todo el mundo hay un concepto equivocado, o por lo menos incompleto, respecto del cuidado de la salud de los habitantes de un pueblo o nación; porque está principalmente orientado a brindar o poner al alcance de la población servicios sanitarios como hospitales, dispensarios, centros periféricos, salas de enfermería, laboratorios, entre otros, todos ellos tratando de curar las enfermedades emergentes de la sociedad, o explicándolo de otra forma, tratan de curar las enfermedades a medida que éstas se van presentando.
Este enfoque está influenciado, principalmente, por la formación que tenemos los profesionales de la salud ya que, en nuestras universidades, nos prepararon para curar las enfermedades, donde prácticamente está ausente el concepto de “prevención”.
Esta forma de encarar un plan de salud tiene múltiples inconvenientes. Es muy costoso porque requiere de altas inversiones en equipos (edilicios, equipamientos, sueldos), difícilmente accesibles a toda la comunidad, tanto por su ubicación geográfica (generalmente escasos con relación al numero de habitantes servidos, o alejados de centros poblados), como por los costos que le genera al pueblo (traslados, bonos contribución, medicamentos, días de trabajo perdidos, entre otros.)
Recordando una cita de Hackett “si habitualmente se esta cayendo gente en un precipicio, es más humano y más barato construir una valla en el borde que un hospital en el fondo”
En los sistemas actuales, vemos que seguimos construyendo hospitales en el fondo, donde la gente sigue cayendo, algunos curamos, algunos curamos con secuelas, y otros mueren… pero irremediablemente ¡siguen cayéndose!
Este simple texto, debe llevarnos a la reflexión: es más humano y más barato, colocar una valla en el borde. Si llevamos esto a nuestra realidad, construir la valla en el borde es la prevención, es la educación, es el pensamiento social humanitario; donde debemos colaborar entre todos para que cada día tengamos menos enfermos, donde a través del conocimiento impartido a los habitantes -nuestros ciudadanos- como y cuando corresponde lograremos en un lapso de tiempo relativamente corto disminuir enfermedades que nos causan la mayor cantidad de muertes y costos sanitarios. Estaríamos colocando la valla y evitando que sigan cayendo… estaríamos evitando que enfermen.
Hoy se habla mucho de enfermedades como HIV, tumores, leucemias, tanto en campañas para prevenir, o en programas para su detección temprana; y está bien que así sea, y se deberá seguir tratando de evitar o prevenir.
Pero también hoy tenemos enfermedades que nos causan por año millones de enfermos, con miles de muertes, muchísimo más que las enfermedades nombradas con anterioridad; y de las que prácticamente nadie habla, y su ocurrencia está basada en la ignorancia, el desconocimiento, la falta de información adecuada, la falta de hábitos correctos, entre otros factores.
El mayor número de enfermedades, con el mayor número de víctimas, principalmente en menores de 5 años, son causadas por enfermedades gastroentéricas, cuyo origen está radicado en el consumo de aguas y alimentos contaminados. Y esto ocurre por una larga cadena de errores, donde encontramos desde verduras regadas con aguas servidas, pasando por carnes faenadas y conservadas a temperaturas inadecuadas, hasta alimentos preparados y conservados sin higiene, con una ausente o deficiente cadena de frío. El dato: una buena parte de estos errores los cometen los padres en sus hogares, cuando manipulan los alimentos con los cuales preparan las comidas para la familia.
Para prevenir estas enfermedades no necesitamos grandes infraestructuras, ni invertir grandes sumas de dinero, simplemente esta prevención se fundamenta en la información correcta, dada en la forma adecuada, capacitando a líderes sociales, o a organizaciones de base comunitarias, para que a su vez la retransmitan a toda la comunidad. Este trasvasamiento de conocimientos entre los integrantes de la misma sociedad, esta información correcta, en poco tiempo se transforma en formación correcta de la misma, permitiéndole en poco tiempo contar con los conocimientos básicos suficientes para que, al aplicarlos en las actividades diarias, actúen como barreras protectoras, haciendo que disminuyan los riesgos de padecer este tipo de enfermedades.
Esta acción, en un lapso corto de tiempo -de uno a dos años de campaña- permitirá disminuir considerablemente el número de enfermos, con la consiguiente disminución de víctimas. Veremos disminuir significativamente la tasa de mortalidad infantil, la deserción escolar de niños y laboral de adultos causada por enfermedades, disminuirán las ETAs (enfermedades transmitidas por alimentos); y también veremos disminuir considerablemente los gastos que invierte el Estado en el área de salud (días/cama en internaciones, menos gastos en medicamentos), por lo que la infraestructura de salud existente, al ser menos requerida se volverá más eficiente, disponiendo de más presupuesto y más tiempo de los profesionales para tratar enfermedades de más difícil prevención, y de ocurrencia crónica (diabetes, cardiopatías, cáncer).
(La Segunda Parte, sigue la semana que viene)
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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