Ahora es fácil pensar en que una mujer forme parte de la comisión de un club, pero ¿lo era en 1914?. A dos años del centenario del club de Jesús María, sale a la luz una historia sobre una fundadora.El grupo de rescate histórico Guanusacate este año le dedicó su última “Entrega” a los deportistas y clubes de Jesús María y descubrió que entre los fundadores de Falucho se encontraba una mujer. A instancias de Elsa Rivadero, semanario Primer Día salió a buscar a los parientes de aquella mujer que en 1954 con motivo del 40 aniversario del club recibió una plaqueta en homenaje y gratitud.
Resultó ser doña Ángela Dalla Costa de Trettel, esposa de Leonardo Trettel, abuela de Beatriz Trettel de Echarri, y bisa-buela del ex futbolista y profesor de Educación Física Carlos “Cachi” Echarri.
Ángela era la tercera hija del matrimonio conformado por Luis Dalla Costa y Ana Pedrón, una de la primeras familias de inmigrantes friulanos que llegaron a la región. Y había nacido en Italia.
Leonardo Trettel ingresó a trabajar al ferrocarril Central Córdoba a los 16 años mientras se construía la línea entre Córdoba y Tucumán. Fue ayudante de maquinista y encargado de tren. Cuando se inauguró la línea, fue el ayudante de maquinista que hizo el primer viaje trasladando al presidente Julio A Roca.
En 1886, Trettel y Dalla Costa entablan una relación y contraen matrimonio cuando él tenía 19 años y ella 14 años. Se habían conocido en una capillita que está ubicada en el camino que sale en el lote siguiente de la iglesia de Monserrat.
Leonardo Trettel fue quien trajo la primera usina eléctrica a Jesús María y su emprendimiento que duró hasta el año 1955 fue el antecesor de la Cooperativa de Servicios Públicos. Fue propietario de un aserradero, y tuvo el primer molino harinero. Lo que se dice un visionario que se dio maña para emprender todo lo que se propuso.
Su mujer, Ángela, aprendió de su madre el oficio de partera y lo ejerció durante muchísmo tiempo. “Si habrán nacido chicos de la mano de ella acá (por Jesús María) y en Colonia Caroya. Como mi abuelo estaba en buena posición, a mi abuela se le facilitaba eso de ser partera porque le gustaba traer niños al mundo. Dicen que preparaba su valijita y metía ahí sus enseres y se iba antes de que la mujer tuviera su hijo para cuidarla y se quedaba dos o tres días más para ver cómo estaba la parturienta”, narró Beatriz Trettel de Echarri.
La recuerdan como una mujer de mucho carácter, de baja estatura, que perdió la vista desde bastante joven, pero se manejababa en la casa como si esa dificultad no la tuviera. Vivía en la casa de dos plantas que está frente a las oficinas de Rentas sobre la calle Córdoba y que fue la primera casa de dos plantas de Jesús María.
Ese carácter la impulsó a participar en la fundación de la Asociación Atlética Falucho porque fue una gran benefastora cuya fe la movilizaba a participar en actividades benéficas.Según recuerda la familia, en los primeros tiempos del club la casa de los Trettel parecía una sucursal. “En aquellos tiempos, terminaban los partidos y todos los jugadores se venían a la casa de alto y ella les tenía preparada en una galería con su mesa redonda grande el mate cocido, queso, salame, y pan casero a todos los jugadores”, añadió Betty Echarri.
Los jugadores dejaban sus camisetas, botines, medias, para que en aquella casa se lavaran todos los equipos.
Todo ese trabajo hizo que la comisión directiva del año 1954 le entregue una plaqueta de reconocimiento a la socia fundadora, justo un año antes de que se produjera su fallecimiento.
Es difícil imaginarse en 1914 a una mujer fundando un club con un grupo de hombres en una época en que las mujeres ni siquiera votaban.
“Es que adoraba Falucho, tenía pasión por el club”, concluyó la nieta de doña Ángela.
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