Orué y Godoy: un negocio que nació en medio de la crisis

El escenario no es difícil de imaginar si usted vivió en la República Argentina sobre fines de 2001. Si está flojo de memoria, vale resumir: corralito, cacerolazos, renuncia de presidente, más renuncias de más presidentes (presidentes por un día), caos, devaluación, y ese largo etcétera que parece increíble haber superado.
En ese escenario, cuesta imaginar que a algún coterráneo se le haya ocurrido emprender algo y que, casi diez años después, ese emprendimiento siga en pie y que haya experimentado un crecimiento sostenido y vertiginoso.
Más allá de la cháchara periodística, lo cierto es que el modelo se aplica con bastante exactitud a lo que le pasó a la gente de Orué y Godoy, agentes de seguros. Pero mejor que lo cuente uno de ellos.
“Tanto Federico (Orué) como yo éramos ex empleados de empresas de seguros. Yo trabajaba para Park International Life -¡una compañía de la san flauta!- en el área seguros de vida individuales con ahorro en dólares. Imaginate ese escenario para venderte algo a vos. Nos cortan el grifo, la compañía cierra y me quedo sin laburo”, comienza explicando Rolando Godoy, uno de los socios.
Ese mismo año, Orué trabajó en cuatro compañías de seguros que también cerraron sus puertas (En total se calcula que durante 2001 cerraron más de 40 aseguradoras).
“Nos encontramos dos amigos, de la misma edad, en la misma situación, de haber estudiado juntos en la secundaria y nos pusimos de acuerdo en ponernos a vender seguros patrimoniales. Y empezamos a vender seguros para autos. A partir de ahí arrancamos la sociedad como un proyecto del que desconocíamos su futuro, aunque empezamos a ver que la gente de a poco volvía a confiar”.

Un comienzo muy duro
El otro escenario a imaginar es el de dos jóvenes que vendían seguros patrimoniales, sin contar siquiera con oficina, y con una cartera de clientes que apenas alcanzaba las 50 pólizas.
“Nos juntábamos en la casa de Federico a tomar mates y, de paso, atender algunos clientes. Nos costó mucho... ¡muchísimo! pero al mismo tiempo teníamos esa ambición de crecer y de tener más cosas”, rememora Godoy.
En el mismísimo diciembre de 2001, la sociedad decide alquilar el local que ocupan sobre la calle Cástulo Peña: “Nos mirábamos los dos y nos preguntábamos qué estábamos haciendo porque no teníamos ni escritorio ni sillas. Ahí arrancamos con los clientes”.
“Los primeros años -añade Godoy- fue mucha la inversión personal, muchas horas de laburo porque el nuestro es un negocio del volumen porque cobrás poquito de cada póliza. Los primeros cuatro o cinco años no fue rentable y recién a partir de ahí comenzamos a contabilizar alguna ganancia”.
“Hoy creo que, en números, por referencia de las propias compañías de seguros y otros indicadores que en el uno a uno somos los más grandes. A nivel pyme el año pasado crecimos mucho y hoy tenemos una cartera de casi tres mil pólizas”, redondea el agente asegurador.
Hay datos de la realidad que acompañan, vale aclarar, el crecimiento de este sector como, por ejemplo, la renovación del parque automotor que, durante 2010, experimentó un crecimiento brutal.
Pero la otra parte, la tiene que poner quien ofrece el servicio y, en tal sentido, algo tienen que haber hecho bien para poder crecer en la dimensión que lo hicieron.
“Ya nos conocen, dejamos de ser la promesa de los pibes que tienen 26 años y no tienen ni plata ni auto. Sacarle clientes a los otros fue siempre muy difícil y nosotros tratamos de darle la impronta de nuestra juventud”, agrega Godoy.

Expansión hacia el oeste
Alentados por el crecimiento que experimentaron durante 2010, los socios decidieron abrir una segunda boca de atención sobre la calle Miguel Juárez, pensando en la necesidad de servicios que tiene la zona oeste la ciudad.
“En realidad, lo tomamos con un poco de temor porque es una zona que hay que desarrollar. Como se trata de prductos de servicios intangibles uno no puede andar mudándose todo el tiempo de lugar. Y durante los primeros dos meses tomábamos mates solos. Después comenzó a moverse de modo tal que hoy podemos decir que estamos ­­­satisfechos”.
“Todo nos sigue costando pero siempre estamos con la mira puesta en seguir creciendo”, asevera Rolando Godoy.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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