Los productores de vino artesanal muestran con orgullo las adquisiciones que hicieron con fondos que obtuvieron el año pasado por parte del gobierno nacional.
Chicos con chiche nuevo. Imaginen ese escenario y entenderán por qué estaban tan contentos los productores de vino artesanal esta semana cuando decidieron interrumpir por algunas horas su cosecha en las viñas para mostrarle a la prensa el funcionamiento de parte de la maquinaria que adquirieron.
En este caso, en la finca de Miguel Patat estaban por poner en marcha una moledora-despalilladora de uva, una máquina de diseño italiano pero patentada por una empresa argentina. Se van vaciando los cajones de uva en una suerte de bandeja donde un eje espiralado va procesando los racimos y hacia un lado de la máquina salen los ramilletes vacios y, por el otro, el jugo de uva con pulpa va directo a los tanques donde harán la fermentación para convertirse más tarde en vino.
El propio Patat se refiere a lo que significa la mejora para un productor artesanal: “Rapidez, calidad, higiene son los principales beneficios aunque todavía no nos damos cuenta sobre lo que tenemos. Recién dentro de uno o dos años cuando la gente vea la rapidez de molienda se va decidir a usarla más que este año cuando no se tiene toda la información”.
La maquinaria adquirda por el grupo tiene el caracter de itinerante, ambulante, y por el momento lo maneja el grupo Pro Vid en forma rotativa: “Un día cada uno se va a hacer cargo de la molienda a terceros. Estamos tratando de buscar una persona que se haga cargo permanentemente durante toda la época de la cosecha”, reseñó Jorge Silvestri.
“Vamos a ir explicándole a la gente cómo es el uso y cómo es el servicio, pero como las máquinas llegaron hace poco tiempo y estamos aprendiendo, por el momento las vamos a gestionar nosotros”, justificó Silvestri.
En resumidas cuentas, cada 30 cajones de uva, hay que pagar un cajón de canon (más o menos si se cuenta que por cajón entran 30 kilos de uva) y 50 pesos por el traslado y la mlienda de esos 30 cajones demora, aproximadamente, 15 minutos. De hecho, demora más la limpieza de la máquina, una hora, que la molienda en sí.
El equipamiento se completa con otra moledora, un filtro de placa, un filtro saco (de tela, para vinos caseros), una llenadora y tapadora de damajuanas, un bloque automático que incluye lavadora, inyectora de gas inerte, llenadora, y tapadora neumática con bombas de vacío, todo en acero inoxidable.
Respecto de la vendimia 2011, Patat señaló que están muy cerca de lo que fue la cosecha 2009 con calidades que van de muy buena a excelente tanto en cantidad con calidad. “Esperemos que el tiempo nos siga dando una manito y que si hay lluvia que sea pasajera. A la cosecha le quedan entre 20 y 25 días porque hay variedades que vienen 15 días atrasadas”, añadió Patat.
Por otra parte, desde el Pro Vid se señaló que, además de entregar parte de su cosecha a las bodegas y utilizar otro tanto para su producción personal, también tienen a la venta uvas para particulares que quieran comprar para elaborar su propio vino. Para el grupo, esa venta significa un plus ya que comercializarn el kilo de uva a 2,50 pesos. Hay disponibles uvas de las variedades melot, malbec, y cabernet. Una oportunidad para utilizar uvas de una cosecha que promete ser histórica en cuanto a calidad.
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Está en funciones la primera bodega itinerante de Caroya
Claudio Minoldo
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