El medio ambiente es el entorno en el que desarrollamos nuestra vida. Seguro que todos hemos oído hablar del deterioro vertiginoso que está experimentando la Tierra y de sus consecuencias (polución, restricciones de agua, calentamiento global), pero también debemos asumir que nosotros somos los responsables.
No obstante, en muchas ocasiones he oído decir a muchos niños y jóvenes, que el verdadero daño al medio ambiente se produce desde las fábricas, los vehículos de motor, los incendios forestales, etc. Pero que su hogar, nuestro hogar, el de todos, es un espacio desde donde no se puede dañar el medio ambiente.
"En mi casa no hay grandes chimeneas que tiren humo negro" o "No talamos los árboles del bosque para mantener nuestra casa", son algunas de las expresiones de esos jóvenes.
Y en cierto modo tienen razón, ya que de alguna manera ellos no lo hacen directamente, pero quizás deban aplicar otra perspectiva.
No talan árboles pero consumen grandes cantidades de papel, cuya fabricación ha necesitado mucha celulosa, procedente de árboles talados, y agua, mucha agua. También es probable que no tengan una chimenea por la que emitir ese humo negro del que hablan, sin embargo lo pueden hacer indirectamente cada vez que pulsen el interruptor de la luz o conecten la televisión.
Sí, lo que hacemos en casa tiene un gran impacto sobre el medio ambiente, y como muestra debes saber que cada hogar español consume, anualmente y sólo en concepto de iluminación, el equivalente a emitir a la atmósfera 352 kilos de CO2.
¿Acaso crees que el agua que llega envasada a tu casa, sale así del manantial? Claro que no, hay que extraerla, envasarla, almacenarla, transportarla, colocarla en la tienda,... con el enorme consumo energético que eso conlleva, y solo es agua envasada.
Aquí te mostramos acciones sencillas, fáciles de aplicar y económicas para que contribuyas desde tu hogar a la mejora de nuestro entorno.
No dejes escapar el calor ni el frío
Las puertas y ventanas son puntos débiles de la casa. El calor se escapa con rapidez por el marco de una puerta mal ajustada, o a través de los cristales convencionales de las ventanas de pocos milímetros de espesor. Revísalas, repáralas si lo necesitan e incorpora cintas adhesivas (burletes) que refuerzan el aislamiento. Piensa también que para renovar el aire de cualquier habitación solo es necesario unos pocos minutos, aplícalo.
Ahorra enegía al cocinar
Utiliza ollas del tamaño de la hornalla y apágala minutos antes de finalizar la cocción para aprovechar la temperatura residual. Asimismo, deja los alimentos descongelando con suficiente antelación, evitando el uso del microondas con ese fin.
Agua y aceite nunca han sido buenos amigos
¿Sabías que el aceite comestible puede contaminar mil litros de agua, mientras que el aceite de motor puede llegar a contaminar hasta un millón de litros? Esta es la cantidad suficiente que una persona necesita para vivir 14 años.
Cuando deseches el aceite de cocina, no lo hagas por las cañerías, colócalo en una botella y deposítalo en la basura, igualmente con el aceite de motor, ponlo en un envase bien tapado y llévalo hasta una estación de servicio (gasolinera) o al punto de recogida más cercano.
Reutilización de las aguas grises
Son las aguas que provienen de la cocina, el baño, lavabos, etc. En el mercado existen dispositivos que la filtran y almacenan para su posterior reutilización en el WC y otros usos secundarios, provocando un considerable ahorro de agua.
Lava a temperaturas inferiores
Si lavas a un máximo de 30ºC utilizarás un 40% menos de energía y la ropa te durará más tiempo. Si no ponemos el prelavado reducimos un 15% el uso de energía en cada lavado. De esta forma podrás reducir tus emisiones de CO2 más de 200 kg al año.
Olvídate del modo de espera - apaga completamente los aparatos
No dejes los televisores, lectores de DVD, microondas, equipos stéreos en modo de espera (stand by), ni el cargador de tu teléfono móvil enchufado cuando no lo necesites. Si apagas completamente todos tu aparatos, puedes ahorrar hasta un 10% en tu factura de electricidad.
Agua para riego
Para regar las plantas basta con el agua de lavar la fruta, la del acuario o la del florero. También podemos aprovechar el agua que a veces dejamos correr (en la ducha esperando a que se caliente el agua, por ejemplo) recogiéndola en un cubo para regar las plantas.
Rechaza los envases individuales y las monodosis
Siempre que te sea posible opta por los productos en envases familiares. Cada vez es más habitual encontrar en el mercado paquetes que contienen a su vez el producto envasado de manera individual, aumentando innecesariamente el volumen de envases y posteriormente de residuos.
Usa el frigorífico con sentido común
El frigorífico representa de media el 18% del consumo eléctrico de un hogar, es el electrodoméstico de mayor consumo, por ello es fundamental que sigas las recomendaciones de uso del fabricante. Y un consejo, no compres el más grande, sino el que mejor se ajusta a tus necesidades.
¡No seas de plástico!
¿Sabías que el plástico no es biodegradable?, éste sigue intacto después de años de haber sido arrojado a la basura, acumulándose y contaminando el medio ambiente.
Si reemplazas los envases plásticos por recipientes de vidrio u otro material contribuyes a reducir su uso y su producción.
Ahorrarás petróleo, agua y energía y reduciremos las emisiones globales de CO2.
Olvídate de las bolsas desechables
En todo el mundo se llevan a casa entre 500 billones y un trillón de bolsas de plástico al año, lo que equivale a 150 bolsas al año por persona. Sólo si hablamos de las bolsas de supermercado que luego terminan en los ríos, bosques, mares o plazas. Para los residuos, en Argentina puedes comprar las bolsas negras de la empresa Asurin, éstas contaminan algo menos pero además como no son gratuitas: tú las cuidas.
Fuente: Aktúa www.aktuaya.org
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