Por Juan Manuel García Escalada (Docente, Psicólogo Social)
01) “…No saben lo que quieren. Una patada en el culo. Vagos. No quieren estudiar. Antidemocráticos. Drogadictos. Irresponsables…”
Hermosos epítetos de los adultos hacia los estudiantes, con motivo de los acontecimientos escolares. Los adultos no crecen. Dicen serlo, pero quedan en la adolescencia eterna y recreando constantemente el juego que jugaban cuando eran niños.
Tenía razón don Guillermo. Sí, Sir Williams Shakespeare: “Los viejos desconfían de la juventud porque han sido jóvenes”.
02) De golpe y porrazo, se murió el ex presidente Néstor Kirchner. Como cantaba Rubén Blades en Pedro Navaja: ”…la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida…”
Como vivimos en tiempo veloces, sucede que la ciudadanía empieza a ubicarlo en el tiempo, y éste lo hace en el lugar que corresponde.
A los que hacen política también. Resulta que todo tipo muerto hay que reconsiderarlo. En vida te matan. Te mueres y parece que todo se olvida. ¡¡Que hipocresía!! Será que quienes quedan vivos no quisieran que las lenguas los despellejen vivos, en muerto?.
03) ¡¡Meta Sildenafil nomás!! Más conocido como Viagra. La pastilla milagrosa. Sociedad misógina y machista. Todos buscan el poder. Y cuando tienen tanto poder: “no pueden”. Pero debemos tener siempre la argentinidad “al palo”. Aunque después no sepamos que hacer con esa argentinidad. “No quiero que la mujer se olvide de mí”, dice el tipo. Y él no sabe que el mejor pirópo que un hombre puede recibir de una dama es que te diga: “Hombre, ¡¡cómo me divertí contigo!!”. Escena eterna, en la vida de ella.
04) ¡Meta Sildenafil!, dos. La ley de la dialéctica: Ablandarse para ponerse duro. El mejor viagra. En “Elogio de la Blandura”, del Tao Te King, dice: “El hombre vivo es blando, y muerto es duro y rígido. Las plantas vivas son flexibles y tiernas, y muertas son duras y secas…. La flexibilidad y la blandura son cualidades de la vida… Lo duro, pues, es inferior y lo blando es superior”. No lo olvide: la ley de la dialéctica amorosa.
05) Programas de chismes. Televisión al mango. Dimes van y diretes vienen.
Escenas armadas. Teleteatros juveniles con erotismo a fondo, y en qué trabajan, de qué viven?. Entrevistas “atrevidas” para saber si hay sexo oral o no. Respuestas de marketing. Conductor que se abanica acalorado ante dos pechos desnudos y pintados para exagerar los pezones. Realidades que se construyen. Todo es válido. Escarnios varios. Ojos que se regodean y luego improperios, denuestos contra la televisión y sus programas. Retórica eterna y banal. Pero nadie atina a preguntarse por qué el locutor se cuida! No vaya a decir las palabras interdictas: culo, teta, concha, pija, coger, porque en ese momento queda expulsado del “paraíso mediático” y pasa a ser un desocupado más y un tremendo mal educado y degenerado.
Hipocresías eternas. ¿Por qué asustan éstas palabras tan simples en el imaginario social? Porque remiten a órganos sexuales adultos. Y nuestra sociedad, que niega la necesidad de educar sexualmente queda fijado en un nexus inconsciente de niño. Y todo lo que sea adulto espanta porque no se lo puede mirar de frente. Lo decía Epicteto: “No asusta lo que se ve, sino lo que ello representa en el interior de cada persona”.
Adultos-niños. Se quedan para siempre en niños. Así nos va. Y en todo.
06) A una compañera, profesional universitaria, le pregunté si festejaban su día con una cena. Me contestó que no. ¿Por qué, indagué?. Es que hay diferencias en cuanto a que se siguen distintas escuelas.
Falta aprendizaje con uno mismo, para hacer que alguien se siente a hablar de sus dilemas cotidianos. La mirada exterior siempre complementa, pero el verdadero conocimiento es interior y muchos utilizan los títulos para tapar sus limitaciones. Válido para todas las profesiones.
No engañemos a nadie. La universidad debe plantearse nuevas formas de educación para los futuros profesionales, que sigue haciendo hincapié en el ilustrismo, cuando en el presente se escriben sobre nuevos paradigmas.
El verdadero saber no viene de afuera. Está dentro de uno mismo. Debemos ser un atento observador y escucha sutil de nuestro ser para llegar a ser buenos profesionales, Sino todo es miedo y mediocridad.
En las diferencias aprendemos, ¿o no?, queridos profesionales de cualquier disciplina.
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