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Abel Albino estuvo en Jesús María narrando su lucha en contra de la desnutrición infantil en el país

Desde hace casi dos décadas la fundación CONIN trabaja en Argentina y en otros países bajo el objetivo de reducir al mínimo el impacto que tiene la desnutrición en los niñitos pequeños.

Abel Albino es un hombre que profesionalmente se colgó varios pergaminos pero, sin embargo, sus mayores méritos los obtuvo en el terreno humano donde mezcla su profunda devoción religiosa con sus amplios conocimientos profesionales.
Y está embarcado desde hace años en una lucha cuerpo a cuerpo contra la desnutrición con la convicción de que si logramos revertir el flagelo, dentro de 30 años seremos Potencia como país.
La visita de Albino a nuestra zona tuvo que ver con la posibilidad próxima de firmar un convenio con la Fundación Humanos que quiere incorporar el proyecto CONIN en su seno. El convenio será de asistencia técnica previo a la apertura de un centro de prevención de desnutrición y de promoción humana.
“Nos dimos cuenta hace muchos años que la desnutrición es el resultado final del subdesarrollo. De nada sirve que alimentemos a un niño si lo devolvemos al ambiente hostil del que proviene. Dijimos hace 18 años: si queremos quebrar la desnutrición debemos hacer un abordaje integral de la problemática social que le dio origen a la extrema pobreza”, comenzó señalando Albino.
Por eso, se fueron diseñando los programa de Educación Nutricional, Educación para la Salud, Lactancia Materna, Jardín Maternal, Jardín Infantil, Estimulación Temprana, Escuela de Artes y Oficios, Programa de Educación Agraria, Lecto-escritura para Analfabetos, Ropero Familiar, Club de Padres, Escuela para Padres, Documentación y legalización de la familia, Alcoholismo, e Inmunizaciones.
Así surgió el centro de prevención que es único en el mundo y que está localizado en Mendoza y cuyos costos son diez veces menores que el costo de un centro de tratamiento de desnutrición de Chile que, a su vez, es diez veces más barato que tratar a un desnutrido en cualquier hospital general.
La metodología soprendió a muchas personas y las llevó a Mendoza a conocer el centro de prevención.
“Ojalá - aventuró Albino- que se mantengan en el tiempo y se transformen en una política de Estado del municipio y se mantenga a pesar de los gobiernos. Este objetivo que es sacar adelante a la gente de la mejor manera creo que debe mantenerse”.
Albino señaló que traía cinco pautas para el trabajo que podría realizarse en esta región. En primer término, preservar el cerebro dentro del año porque es el órgano que más rápido crece. Pesa 35 gramos al nacer y al año se va a 900 gramos (el 80 por ciento del peso que tendrá el cerebro cuand seamos adultos). “Es la época del cableado neurológico -explicó el profesional- Cada neurona emite hasta 15 mil cables (cada una de los 100 mil a los 140 mil que tenemos) si hay buena alimentación y buena estimulación. Por eso, trata de erradicar la desnutrición repartiendo comida es ridículo. No es un automóvil el chico al que yo le lleno el tanque y listo, ya funciona. Es un ser humano que necesita afecto, cariño, contención, una familia, mimos. Un niño necesita una cucharita de leche y un beso y así cablea su cerebro. Ese cerebro cableado luego puede ser educado porque la educación es una semilla maravillosa que necesita un sustrato que es un cerebro intacto”.
Si simultáneamente, se tienden las redes cloacales y de agua potable y agua caliente, además de energía eléctrica en cada hogar argentino, en 30 años se puede ser una potencia, señaló el doctor Albino.
El resumen de Albino es contundente en ese sentido: “En lugar de pensar en las próximas elecciones, es hora de ponerse a pensar en las próximas generaciones”.

En pocas palabras
Después de la extensa introducción, en una pequeña rueda de prensa Primer Día aprovechó la oportunidad para formular algunas preguntas.

¿En qué consistiría la asistencia técnica a la fundación Local?
- Hacemos capacitaciones en nuestro Centro Escuela en nuestro Centro Modelo en Mendoza a razón de unas 150 personas por año que van a abrir nuevos centros de prevención. Hemos recibido gente de Autralia, de Nueva Zelanda, Gran Bretaña, España, Italia, Francia, Estados Unidos, y de todo el país y Latinoamérica.
Después, nosotros los visitamos y vamos manteniendo el nexo. Por suerte, por internet se puede estar muy conectado permanentemente donde vamos enviando las nuevas pautas, o normas,  o la nueva hoja para alimentar el sistema de informática georeferencial. Hay mucha gente que va trabajando sobre lo nuestro y haciendo que crezca.

¿Cómo se financia CONIN?
- Estoy convencido que para salir de estos graves problemas que tenemos lo podremos hacer el día que los gobiernos junto con las organizaciones y la comunidad trabajen todos juntos. Aquí no hay salvaciones individuales. O salimos todos o nos quedamos todos. Los gobiernos pueden ayudar y en buena hora pero también tenemos que ser ayudados por el resto de la comunidad, las ONG´s , y la gente común. Si cada uno de nosotros cree en esto que es serio y aporta a la fundación Humanos, por ejemplo, diez pesos por mes, vamos a hacer maravillas porque con esos fondos podemos pagar buenos sueldos a las personas que forman parte del proyecto. En Mendoza tenemos un hospital en el que hemos recuperado a 800 desnutridos graves con cero de mortalidad. ¿Por que se logró eso? Porque el equipo que me secunda en Mendoza es de lujo. La directora que tengo en el hospital es de lujo y tengo que pagarle un sueldo. No puedo ir cambiando de directora ni que sea voluntaria salvo que no necesite trabajar. La mayoría necesita trabajar y con nosotros no van a tener nunca los mejores sueldos pero nuestra trabajo es hermoso y van a tener la posibilidad de hacer una de las cosas más nobles que puede hacer un individuo que es atender a los más débiles. Tengo mi personal entrenado: nutricionista, psicopedagoga, fonoaudióloga, maestra jardinera, estimuladora temprena, psicólogas y tengo que pagar sueldos. Si toda la comunidad participa lo podemos hacer.
Soy un hombre serio. No vengo aquí a buscar nada ni necesito nada. Tengo un sueño que es ver un gran país. Ladro por ver un gran país donde cada chico pueda desplegar su potencial genético para tener igualdad de oportunidades. Los que hemos aprendido a leer y escribir tenemos la obligación moral de hacer eso. Estoy convencido que tenemos que terminar con el aborto, con la prostitución infantil, con el maltrato infantil que mutilan el rostro de nuestra civilización y procurar que cada niño tenga una escuela.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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