La región espera que se viva una verdadera revolución y que los visitantes lleguen en forma masiva a presenciar las diez noches de festival. Hay cautela en la organización.
La edición 45 del Festival de Doma y Folklore ya está en marcha y su jornada inaugural fue muy auspiciosa, pese a que el clima gastó algunas bromas a lo largo del viernes. La cuestión de fondo es si el festival tendrá la capacidad de convocar entre 120 y 140 mil espectadores que son las cifras dentro de las cuales se ha manejado la fiesta en el último quinquenio.
Para saber eso, habrá que esperar otros siete días más.
La nueva conducción de la Doma privilegió, este año, los espectáculos vinculados con la jineteada antes de los que pasan por el escenario. Tienen razón cuando aseguran que la mayoría de los visitantes prefiere ver lo que pasa en el campo y que lo del escenario Martín Fierro pasa a un terreno secundario.
Por eso, se vienen un campeonato nacional de paleteadas, jineteadas de mujeres, campeonato nacional de entrevero de tropillas entabladas, y otras destrezas que protagonizarán los integrantes de la escuadra verde de Gendarmería Nacional.
La intención de los organizadores fue generar más dividendos y evitar cualquier gasto superfluo que los aparte de aquel cometido. En la previa de la jornada inaugural, el presidente de la comisión organizadora, Hugo Baldo, se mostró tranquilo y señaló que el único recelo que mantenían era por el clima.
Yengo a la noche inaugural, quizás la nota más relevante fue el acto conmemorativo por el bicentenario de la revolución de mayo donde hubo una perfecta conjugación entre vestuario y teatralización. Para los compatriotas presentes en el anfiteatro fue muy emocionante el cuadro, particularmente el tramo en que los máximos próceres, San Martín y Belgrano, aparecieron como telón de fondo en la pantalla del escenario. Si admite alguna crítica el cuadro del inicio tiene que ver con la duración, especialmente para los que siguieron la trasmisión por radio. Pero estuvo sobrio y con un guión que se ciñó bastante al relato histórico que conocemos.
En cuanto a la programación artística, fue un acierto que la apertura televisiva haya estado en manos de Claudia Pirán, dueña de una voz potente y cautivadora y con un repertorio tan festivo como reflexivo. Pirán fue la encargada también de recibir a la Virgen de Luján entonando el Ave María en una sentida versión.
Una curiosidad fue que el primer tramo de jineteadas estuviese acompañado por el joven Nicolás Membriani como payador y que el ingreso de Gustavo Guichón se haya producido cerca de la medianoche. La verdad es que el payador de Rojas viene teniendo un desempeño muy interesante y fue un acierto traerlo oficial y regularmente durante las diez noches.
Lástima que la actuación de Jairo se haya producido tan a la madrugada del sábado cuando el trajín de la inauguración había dejado sus huellas pero el cruzdelejeño estuvo, como siempre, a la altura de las circunstancias con un repertorio que invitaba a escuchar.
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