Chubut y Jesús María unidos en una travesía


Dos jóvenes músicos cabalgaron casi 1600 kilómetros para venir a Jesús María con la intención de actuar en el Festival, anhelo que quedó trunco.

La herradura no sólo es nombre del objeto que se clava a los cascos de un caballo para garantizarle que pueda cabalgar por diversas extensiones. También es el nombre de una agrupación folklórica de la localidad de 28 de julio, provincia de Chubut, y que tiene entre sus integrantes a Darío Zamarreño (30 años) y Facundo Evans (22).
El primero de noviembre del año pasado, ellos partieron de su pueblo montados en Chirusa y Esperanza –yeguas de la raza criolla patagónica- con las que iniciaron un periplo de 53 días hasta llegar a Jesús María, a esa cuna de argentinidad que miraban desde chicos por la televisión nacional.
Habían enviado su material discográfico en agosto y las conversaciones telefónicas con la gente de contrataciones del Festival los inducían a pensar que tenían grandes posibilidades de que su historia pudiera ser contada en el anfiteatro José Hernández y que sus canciones pudieran ser mostradas desde el escenario Martín Fierro. Su historia, su travesía, y su música se pueden consultar en la página www.laherradurafolk.com.ar.
Pero, lamentablemente, nada de eso pasó y se fueron farfullando bajito y pensando en volver el año próximo. Pero a la decepción la pudieron combatir con algunos hechos puntuales y con la satisfacción de haber concretado una hazaña que compartieron con cientos de compatriotas.
“Fue una experiencia inolvidable y una ilusión que sentimos concretada cuando llegamos a Jesús María. Desde el día en que salimos de nuestro pueblito y que la gente se convocó a despedirnos no pararon más las emociones por 53 días. Eso nos deja con recuerdos imposibles de repetir”, señaló Zamarreño en diálogo con Primer Día.
Para el autor de la mayoría de los temas propios que tiene el grupo, quien además toca la guitarra y canta, la travesía servirá para componer nuevos temas y sumarlos al repertorio que tienen en el que abordan temas sociales y con los que muestran su pueblo, su paisaje, de donde provienen.
Por su parte, Evans manifestó su emoción por revivir lo que hicieron otros grandes de la música como Atahualpa Yupanqui o Jorge Cafrune, quienes también utilizaron el caballo como medio de transporte y para multiplicar su mensaje en diversas latitudes y festivales. “De alguna manera, también enviamos un mensaje a la juventud respecto de que desde un lugar tan lejano, cuando uno cree lo que hace, todo se puede. Todos los argentinos estamos hermanados en las tradiciones gauchescas. La nuestra es una comunidad rural que vive de la gandería y de la producción y también del folklore”, indicó Evans.

Felices por un ratito
Antes de emprender el regreso a su pueblo, Zamarreño y Evans se dieron el gusto de ingresar al anfiteatro José Hernández para dar una vuelta montados en Chirusa y Esperanza. De paso, le obsequiaron al Festival una herradura de las que formó parte de la travesía y que fue incorporada al Museo de la fiesta gaucha.
Los músicos hicieron una lista enorme de agradecimientos comenzando por las familias de cada uno y de Gustavo Gamazzo, quien les hizo el apoyo logístico desde un vehículo. También agradecieron al área de Cultura de Chubut, y especialmente a Jorge Sersing de la escuela Hípica que funciona en la Sociedad Rural de Jesús María, quien les ofreció un stud para las yeguas.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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