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La Casa de Matías y el Monserrat seguirán estrechando vínculos durante este año

El histórico colegio de Córdoba seguirá colaborando con la institución solidaria de Jesús María como lo viene haciendo desde hace varios años.

Con 324 años de historia, el Colegio Nacional de Monserrat puede ufanarse de haber alumbrado a grandes hombres y próceres nacionales. Sin embargo,  a partir de una experiencia que promovió el área de extensión del colegio, ahora puede ufanarse de alumbrar a jóvenes comprometidos con los demás.
Porque ésa es la experiencia que derivó en la publicación del libro “Los 11 cuentos del Señor Monserrat” y que tuvo como antecedente el contacto de alumnos de la institución educativa con entidades solidarias de Córdoba y del interior provincial.
El año pasado, se generaron varios encuentros y se organizaron algunas colectas con materiales que precisa la Casa de Matías. De paso, la reunión entre estudiantes y chicos de la Casa de Matías sirvió para disparar ideas que quedaron plasmados en el libro que fue presentado el pasado martes en la sede del histórico colegio ante un numeroso auditorio.
La temática de los cuentos es muy variada, pero en ellos se prioriza la magia, el juego, el circo, y ponen de manifiesto situaciones vinculadas a la discriminación, a los modelos corporales que se imponen a los adolescentes que se animan a interpelar esos modelos. Es poner el arte al servicio de la denuncia y de la concientización que tanto hace falta.
Es decir, ninguna historia se refiere concretamente a algún caso particular de niños que asisten a la institución jesusmariense, pero como el tema era la defensa de los derechos de la niñez seguramente algún testimonio motivó un escrito.
Roxana Rodríguez, acompañada por algunas niñas de la Casa, estuvo presente durante la presentación del libro donde se confirmó que el colegio también estrechará vínculos este año. Además de concretar la visita de alumnos, la intención es que este año se puedan sumar algunos docentes.
El ingeniero Aldo Guerra, rector del Colegio Nacional de Monserrat, señaló la importancia de dejar de manifiesto el espíritu humanista con el que fue creado el colegio: “Creo que ése es el sentido importante de tener actividades de extensión. Que nuestros alumnos, nuestros docentes y el personal de la casa pueda compatir su propio tiempo en poder trabajar conjuntamente con los demás”.
“Creo -añadió Guerra- que tenemos que revertir una sociedad tecnológica totalmente. Nos hemos olvidado del hombre y creo que el colegio tiene las armas suficientes como para trabajar y hacer su aporte en la medida de sus posibilidades”.
Respecto de la experiencia 2010, Guerra se mostró satisfecho porque los chicos se mostraron entusiasmados y lograron trasmitir a sus propios compañeros.
“Se va trasmitiendo el sentir monserratense hacia el resto de la sociedad”, acotó el rector.
Para este año, el colegio piensa intensificar sus salidas a la comunidad, tratando de comprometer a más alumnos y más docentes.
Vale acotar que el contacto con la Casa de Matías se fortaleció por mérito de las docentes a cargo del área de extensión, Ivana Sánchez y Sandra Hesner,  quienes han demostrado un compromiso que excede lo pedagógico, transformándose en una cuestión personal, de afinidad, afecto, y solidaridad.
2011 será otro año para publicar un nuevo libro, para generar más encuentros y acercamientos, para extender los lazos entre personas de diferentes realidades, y para seguir tendiendo puentes hacia quienes más lo necesitan.

La Casa de Matías también inspiró un libro de cuentos infantiles
Del intercambio entre el área de extensión del Colegio Monserrat e instituciones como la ludoteca del Hospital Infantil, la biblioteca de Villa Adela, y La Casa de Matías surgió la posibilidad de escribir, ilustrar, y publicar un libro de cuentos para niños de entre 4 y 10 años y que lleva por nombre los 11 cuentos del Señor Monserrat.
No sabemos cuál ni tampoco cómo, pero sí sabemos que el intercambio -con los que menos tienen- moviliza y más cuando se trata de generar una obra literaria donde la cuestión de los derechos de la niñez esté presente. Seguramente, algún testimonio de algún chico o chica de La Casa de Matías llevó a algún alumno del colegio Monserrat a pensar en el abordaje de algún tema que incluya su situación.
Pero lo concreto es que hubo intercambio el año pasado cuando los chicos del Monserrat se llegaron allá por diciembre a estos pagos para jugar, hacer una obra de circo, pintarajear la cara de los chicos, y repartir narices de payaso a diestra y siniestra.
Por si eso resultase poco, el colegio inició una colecta de materiales y de dinero en efectivo que vino a paliar en parte las necesidades de la casa que preside Roxana Rodríguez.
Sobre este involucramiento solidario del Monserrat, el vicedirector académico del colegio, arquitecto Hernán Moya, se explayó: “Creemos que el humanismo que sostenemos co-mo identificación de nuestro plan de estudios, se ve reforzado por la puesta en valor de la extensión. Los valores son los pilares fundamentales de la formación integral de hombres y mujeres que no sólo reciben conocimientos sino que es nuestra intención fortalecerlos por medio de la integración, la inclusión, la pertenencia, el compromiso, la solidaridad, la equidad, la justicia, la igualdad de oportunidades y por sobre todo la experiencia tan rica como parte del proceso de enseñanza aprendizaje, sosteniendo con una sólida convicción el espíritu impregnado por la virtud y las letras”.
“La Extensión -añadió Moya- brinda a nuestros alumnos la rica experiencia educativa de conocer otras realidades distintas desde lo social, otras vinculaciones con comunidades educativas que permite el crecimiento personal, logrando que en estas actividades se involucren docentes, alumnos, padres, no docentes, redundando en el beneficio de poder brindar, con total desinterés, al resto de la sociedad, una parte de lo que la educación puede lograr”.
Respecto de la obra literaria en sí, el profesor Mario Argüello aprovechó la oportunidad para ponderar el futuro de los alumnos: “Tratándose de una obra colectiva, sería tedioso referirse a la biografía de cada uno de los autores, pero principalmente porque siendo ellos niños que recién están entrando en la adolescencia, lo que sería su biografía, pertenece más al futuro que al pasado (permítaseme esta paradoja), y no estoy en condiciones de prever el porvenir. Aunque sí puedo barruntar que ese porvenir será para ellos promisorio. ¿Por qué? Porque han elegido, desde ya, encender los sueños. Y de la mano del Sr. Monserrat, en el tramo inicial de su andanza, llegarán un día a comprender y a sentir en lo más profundo de su interioridad, que, como dijo Antonio Machado, "De toda la memoria, sólo vale / el don preclaro de evocar los sueños''. El Monserrat, con su historia, con su vocación de altura y su espíritu humanista, no los hará escritores, poetas o artistas plásticos, pero sí cobijará sus anhelos y coadyuvará para que alcancen los horizontes que se propongan”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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