Puede decirse que se topó con la biblioteca o que la biblioteca la estaba esperando. Lo cierto es que ambas, Camila Rizzi y biblioteca, estaban predestinadas a reencontrarse después de haberse conocido en la infancia y de haberse dejado de ver en la adolescencia.
Como para cualquier docente, una biblioteca propia, pública o, incluso, ajena resulta refugio donde ir a nadar en las aguas del saber y del conocimiento. Esto lo saben muy bien quienes disfrutan desde siempre de la lectura y de las múltiples tareas intelectuales que compromete la lectura.
“Cuando vine a hablar con Vilma (Peresotti) y el maestro (Elvio Roya) que todavía estaba vivo, se mostraron sumamente interesados en que pudiera ayudarles porque no contaban con demasiadas manos para eso. A partir de ahí, empezamos”, comenzó explicando la joven.
Así comenzó un trabajo conjunto en 2010 con la biblioteca que tenía como objetivo final informatizar la totalidad de la colección de libros con que cuenta la entidad, aunque eso se pospuso para más adelante por lo arduo que resultará el proceso.
En el camino, resultó de vital importancia el aporte que pudieron hacer los chicos de la biblioteca del club Juventud Agraria.
En esa necesidad de dar a conocer la actividad desarrollada por la institución se abrió una cuenta en Facebook (hay que buscarla como Biblioteca P Sarmiento) y se fue pidiendo amistad a vecinos y potenciales usuarios de la franja de edad que va de los 15 a los 25 años.
“En esa franja de edad, los libros casi no existen y mucho menos el leer por placer. Entonces, se nos ocurrió que para abarcar esa franja teníamos estos del Facebook, algo que le diera una suerte de “marketing” a la biblioteca porque muchos delos encuestados nos decían saber dónde estaba la biblioteca pero sin saber qué se hace en ella”, detalló Rizzi.
A la pregunta sobre si esa estrategia devino en el acercamiento de jóvenes a la institución, Rizzi señaló: “Tuvimos cinco socios del Facebook que se animaron a preguntar sobre la oferta de libros que tenemos. Sirvió, además, para que muchos se den cuenta que tenemos buenos libros, nuevos, y que no sólo están disponibles en las librerías de la zona”.
En enero pasado, una mujer de La Pampa con amplio conocimientos sobre bibliotecas populares les ayudó a reordenar la parte administrativa de la entidad. Les dio un panorama sobre cómo deben trabajar y ese empujón sirvió para que se moviera de lugar el mobiliario, se arreglara el lugar y se pintara. La cara de la biblioteca luce distinta. De ese trabajo, surgió la posibilidad de armar un rincón para los niños, no solamente con lecturas para ellos sino con materiales para que puedan hacer trabajos manuales y pinturas.
De hecho, se promovió una suerte de concurso con reconocimientos mensuales para estimular la venida de los más pequeños con sus padres.
“Con mis amigas soy re sermonera con la cuestión sobre lo importante que es leer. Todos me dicen que es aburrido pero les digo que sirve para de-sarrollar mil capacidades”, concluyó Camila antes de recomendar a quienes tengan intenciones de colaborar o de sumarse que se contacten a la cuenta de correo bibliotecapopsarmiento@hotmail.com.
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