No sĆ³lo para los āmalvinerosā, el 2 de abril es una fecha para honrar. De a poco, la comunidad le viene rindiendo homenaje a los valerosos hombres de nuestra regiĆ³n que formaron parte de la guerra. Este aƱo, la cita fue en Sinsacate, en la plaza central, para un acto tan emotivo como sencillo.
DespuĆ©s de la bendiciĆ³n del pĆ”rroco Julio Aguirre, el veterano de Malvinas HĆ©ctor Rivadero dirigiĆ³ su discurso a los presentes en los siguientes tĆ©rminos: ā29 aƱos han transcurrido de uno de los hechos mĆ”s trascendentes de nuestra historia argentina. La maƱana del 2 de abril de 1982 todos los habitantes de nuestra patria nos emocionĆ”bamos al saber que nuestra bandera, la celeste y blanca, volvĆa a flamear en las islas Malvinas, despuĆ©s de haber sido arrebatadas por el imperio britĆ”nico en 1833. Se iniciĆ³ asĆ un conflicto armado que terminĆ³ el 14 de junio de 1982. Cabe resaltar las capacidades y virtudes de nuestros hĆ©roes que participaron en defensa de nuestro territorio y fue asĆ que la hazaƱa de nuestros hombres sirviĆ³ para que reconociĆ©ramos los sentimientos que tenemos como pueblo. Hoy, a casi tres dĆ©cadas, nuestra naciĆ³n pide gestos de grandeza, de no olvidar a todos aquellos que forjaron nuestro porvenir, a nuestros prĆ³ceres actuales, testimonio vivo de la historia. Ellos son un ejemplo a imitar para las generaciones actuales y futuras. A fines del aƱo 2000 el Poder Ejecutivo estableciĆ³ el DĆa del Veterano de Malvinas en homenaje a quienes, a pesar de las diferencias con las que combatieron, no dudaron en ofrendar su vida luchando por nuestra soberanĆaā.
Las palabras del anfitriĆ³n
Carlos CipriĆ”n, en su caracter de anfitriĆ³n del acto, tambiĆ©n emitiĆ³ un encendido discurso sobre la fecha y, en particular, sobre los ex combatientes que viven en nuestra zona: āEl 2 de abril de 1982 fue vivido por muchos de los que hoy estamos aquĆ presentes, quienes en mayor o en menor grado estuvimos relativamente cerca de las circunstancias acaecidas por esos dĆas. CrĆ©anme lo difĆcil que es ordenar coherentemente palabras para representar de manera sintĆ©tica el sentido que esta fecha genera para todos nosotros. Conmemoramos uno de los mĆ”s grandes momentos de la historia argentina del siglo 20, rescatando sin temor a equivocarnos que la gesta de Malvinas hizo resaltar el espĆtiru nacional y la conciencia de todos los argentinos. Si bien este recuerdo nos reencuentra con una decisiĆ³n que, a la distancia, puede objetarse como apresurada y con resultados muy tristes para muchos de nosotros, nos encontramos tambiĆ©n con un grupo de hombres que vistiendo uniformes de soldados en nuestros mares y tierras del sur dieron muestras de coraje, valor, espĆritu de sacrificio, y entrega. Cuando debo hablar como hoy lo hago frente a ustedes, me pregunto evocando la fecha histĆ³rica ĀæPor dĆ³nde debe pasar nuestro compromiso? ĀæCĆ³mo homenajear esta fecha tan importante y tan reciente para la mayorĆa de nosotros? Creo que, en primer lugar, como vecinos e integrantes de una comunidad que somos, nuestro primera obligaciĆ³n es la memoria, Ć©se es nuestro primer compromiso. Memoria por los que no estĆ”n. Son mĆ”s de 600 almas las que se quedaron allĆ” en nuestros mares y tierras del sur. Y otras tantas almas que no soportaron el tormento de haber pasado momento muy duros. Memoria a sus viudad, memoria a sus padres, y a sus hijos que aĆŗn padecen la tristeza de la ausencia de su ser querido. Memoria para nuestros ex combatientes que no estĆ”n en un manual de historia, estĆ”n hoy aquĆ junto a nosotros y son los testigos vivientes de esa hazaƱa. Hombres que todos los dĆas amanecen en nuestras ciudades llenos de sueƱos por cumplir. Para ellos nuestro apoyo, nuestra contenciĆ³n, nuestro reconocimiento y gratitud. Ustedes, ex combatientes, son nuestros verdaderos hĆ©roes y hoy aquĆ los estamos homenajeandoā.
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