Una pregunta en un lugar remoto del mundo disparó una reflexión sobre la riqueza que Argentina podría ofrecer al turismo si ese recurso se explotara de otra manera.
Por: Néstor Scagliotti (Ingeniero. Vecino de Jesús María)
Es probable que el comienzo de este comentario peque de aburrido pero, para su comprensión, es necesario transcribir la lista de los países que he conocido, ya que la misma avalará mis posteriores afirmaciones.
Si dicha lista le resulta tediosa o le suena a inmodestia, puede obviarla, prosiguiendo la lectura al final de la misma.
Y ahí va: Alaska, Alemania, Andorra, ARGENTINA, Australia, Austria, Bélgica, Bolivia, Brasil, Canadá, Checoslovaquia, Chile, China, Colombia, Costa Rica, Cuba, Dinamarca, Ecuador, Egipto, El Salvador, España, Estados Unidos, ex Unión Soviética, Finlandia, Francia, Gibraltar, Grecia, Guatemala, Honduras, Hong Kong, Hungría, India, Inglaterra, Israel, Italia, Japón, Licchtenstein, Luxemburgo, Marruecos, Méjico, Monaco, Nicaragua, Noruega, Países Bajos, Panamá, Paraguay, Perú, Portugal, República Che-ca, Rusia, Singapur, Suecia, Sui-za, Thailandia, Turquía, Uruguay, Vaticano, Venezuela, y Yugoslavia.
Aclaro que cuando digo "países que he conocido" me refiero a que los he recorrido exhaustivamente y no en un "raid" sin sentido. Ello ha significado destinar para esa empresa, siete años de mi vida.
Nunca me tentaron las sugerencias de algunos conocidos, de plasmar en un libro o en un simple artículo como el presente, el relato de mis experiencias, ya que he afirmado siempre que “yo viajo para mí” (¡que egoísta ¿no?!), al punto que ni llevo cámara fotográfica pues cuando me deslumbra algún lugar compro postales ya que éstas han sido minuciosamente seleccionadas. El único problema es que yo no aparezco en ellas, cosa que pretende la mayoría de los turistas.
Estoy de regreso de la Península Escandinava y sin que nadie me alentara, resolví descargar en estas líneas, todo lo que me produjo el comentario de una empleada de Información Turística de Bergen (Noruega) que había estado en ARGENTINA durante un año de Intercambio Estudiantil y conoció gran parte de nuestro país. Dijo textualmente:
¿Y QUÉ VIENEN A VER ACÁ?
Esa expresión lo resume todo: de inmediato experimenté una mezcla de sentimientos, sensaciones, impotencia, indignación, repudio, etc., porque nuestros funcionarios y gobernantes nunca advirtieron ni advierten que el turismo debería ser la principal fuente de ingresos de ARGENTINA. Y si no lo es, es por la incapacidad e indiferencia de dichos personajes.
Conocí en ARGENTINA y en otros países, turistas que me aseguraron que el nuestro es el más hermoso del mundo, pero que “no volverán” (arrebatos, taxistas que les cobraron lo que quisieron, tarifas de hoteles diferenciadas: argentinos $ 120, extranjeros U$ 100, precios de ropas y comidas también discriminados, maltrato, etc, etc.)
Eso contrasta con los de otros países donde el turista es mimado: menor precio en museos, alojamientos, Parques Nacionales, combustible, etc.
¿Por qué no promulgar leyes de protección, por ejemplo, que los que asalten y/o estafen a turistas sean punidos con penas 10 veces superiores a las que les impondrían si el damnificado fuese argentino? Y así muchas más.
No reniego de mi país sino de los personajes a los que sólo les preocupa el cargo, su sueldazo y sus viaticones.
Me ofrezco a aclarar, analizar y dialogar con quien se interese y/o preocupe por los temas expuestos, dejando en claro que no aspiro a cargo alguno en la Dirección Nacional de Turismo, ni nada que se le parezca.
¡Vamos Argentina, Todavía!
Tel: (03525) 401694.

Claudio Minoldo
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