Wanda Candal, una de las coordinadoras de la Red Infancia Robada, dialogó con Primer Día sobre el funcionamiento de la organización y sobre la necesidad de involucrar a la comunidad en la difusión de los problemas.
¿Importa más la calidad de gente que se involucre que la cantidad que participe en estas actividades?
- Siempre invitamos a la comunidad en general. A veces, tenemos gratas sorpresas con personas que están muy alejadas de inquietarse por estos temas y que vienen y terminan teniendo un gran compromiso. En esto, el juego está absolutamente abierto porque la verdad es que no tenemos un perfil claro sobre quien se va a comprometer y quien no. A veces, hay un recorrido largo sobre estas cuestiones. Son temas sociales y la invitación es a toda la comunidad, aunque lo ideal y el objetivo de compartir estas jornadas es que quede un grupo constituido local porque es la única manera de poder sostener una red.
¿Cuáles son las herramientas que puede aportar desde la Red Infancia Robada para quienes quieran interiorizarse?
- Los invitamos en primer término a que puedan conocer nuestra página web que es donde están los datos, quiénes la conformamos. La historia de trabajar en red, que ha sido la respuesta a muchos problemas de la actualidad en muchos temas no solamente en el tema de la trata, es comprender que es un camino que responde a la globalización que tienen los problemas. Es la mera de poder estar conectados, de tener un mapeo sobre lo que sucede en cada lugar, poder fortalecernos desde esa comunicación, compartirla la comunicación para que fluya. Es un doble juego el de trabajar en red. Como red nacional nos nutre cada nuevo foro que se forma y a cada uno de los foros los nutre tener hermanitos constitutidos en diferentes lugares del país porque también lo nutre en su fortaleza y en su capacidad de actuación. Con el foro de Jesús María, estamos conformando el tercer foro de la provincia, después de Noetinger y el de la ciudad de Córdoba.
En el imaginario está la cuestión del negocio importante que supone la trata de personas y la venta de drogas y las amenazas de las que deben ser parte ustedes todo el tiempo
- En realidad, está tan naturalizado este tema y hasta dibujado con que la trata tiene que ver con secuestros, con violencia sistemática y, quizás, esto no se está dando en la realidad o, por lo menos, no se está dando en la región. El tema de la trata está naturalizado, lo tenemos a la vuelta de cada esquina, está aceptado virtualmente por la sociedad que no se conmueve por estas situaciones donde sabemos que hay bares que funcionan como prostíbulos y no sucede nada. Por lo tanto, no tiene tanto que ver con mafias organizadas y cuestiones tan oscuras sino que tiene que ver con cosas bastante visibles y con cosas bastante consensuadas, muchas veces por desconocimiento en la sociedad. Los reclutamientos, por ejemplo, operan más a través del engaño y del ofrecimiento de trabajo y no necesariamente por secuestros. Esto complica el tema porque lo pone en términos tan naturales que hace que se invisibilice mucho más.
Tiene que haber una red de connivencia para que esto ocurra sino no podría funcionar
- Por supuesto, y esto tiene que ver con la naturalización que existe sobre el tema. Hace poco hubo un decreto presidencial prohibiendo los avisos de comercio sexual, mal llamado rubro 59, y eso da cuenta de la naturalización del problema porque hasta ayer teníamos grandes publicidades de oferta que hacían claramente alusión a la explotación humana y no había una sociedad conmovida por este tema. Con mucho dinero de por medio porque era avisos que costaban mucho dinero y que dan cuenta del gran negocio que tiene este tema, más allá de que un prostíbulo allá a lo lejos parezca una cosa aislada. En conjunto, constituye un gran negocio.
Seguramente si hubieses elegido otro rubro en tu profesión de abogada hubiese hecho más dinero ¿Qué te mantiene trabajando en esta red?
- La vocación, sin dudas. Tengo una personalidad que me dificulta mucho trabajar de lo que no me gusta. Así que éste es mi camino, estoy contenta porque es lo que me gusta hacer y donde siento que sirvo y me siento útil. Ahí están mi tranquilidad y mi felicidad. La felicidad no tienen que ver con la prosperidad económica ni con el dinero sino con la satisfacción individual e íntima. Con el acompañamiento de la familia y pudiendo dividir, como nos ocurre a todas las mujeres, los afectos, las responsabilidades como mamá, como esposa, y esta actividad la seguiré haciendo porque es mi compromiso y es mi convicción.
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“El tema de la trata de personas está naturalizado por una sociedad que no se conmueve ante eso”

Claudio Minoldo
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