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En Sinsacate está funcionando un prototipo de producción de energía eólica hecho en la zona

El INTI mostró interés en investigar las posibilidades del prototipo en sus instalaciones de Mar del Plata. Tiene grandes ventajas en relación a otras fuentes de energía similares y se podría extender su uso a las ciudades.

La mayoría de las personas no ve el momento de dejar de estudiar para ponerse a trabajar o de dejar de trabajar para ponerse a descansar, de acuerdo al ciclo de la vida en que le toque estar. Pues bien, a Vicente Capitani le tocaba dejar de trabajar y ponerse a descansar, pero prefirió ponerse a estudiar con la intención de devolverle algo a la comunidad.
Su profesión de ingeniero aeronáutico lo llevó a indagar en la producción de fuentes de energía alternativa y así llegó a algunos modelos de producción de energía eólica de los años ‘30, y sobre esa base comenzó a trabajar y a entusiasmar gente. Al poco tiempo, enganchó en el proyecto a Héctor Ciprián y también a su hijo Hernán.
En Ingeniería, el desarrollo actual debiera llevar el nombre de “Turbina de Eje Vertical XXX” ya que se trata del tercer prototipo -dos fallidos y uno exitoso-. Se trata de un desarrollo completamente local, desde la adquisición de los materiales para montarlo hasta los recursos humanos que fueron construyendo las partes que se precisaban (torneros, carpinteros, herreros). Y un desarrollo que se topaba con algunos escollos, por ejemplo, que en nuestro país no se estudian ingeniería del viento, y que los paradigmas anteriores a esta turbina no preveían el uso de cinco palas sino de tres, entre otros.
Se instala en una torre común de un solo tramo a siete metros de altura, con cinco palas de dos metros de alto por 40 centímetros de cuerda muy cerca una de la otra con la que las condiciones de aerodinamia cambian totalmente (hubo que estudiar cómo interfieren las palas unas con otras mientras van girando ya que no había teorías desarrolladas al respecto). Llegar al perfil definitivo llevó muchísimo tiempo. Ayudó mucho un software que hizo Mark Drela, un Philosophy doctor de astronáutica estadounidense.
Entre las ventajas del prototipo, se puede mencionar que  arranca con poco viento (10 km/h), es muy silencioso, y puede generar energía para iluminar una casa y hacer funcionar varios electrodomésticos.
La performance se calculó para que con un viento de 10 o 12 metros por segundo se genere un poco más de un kilovatio de energía que se almacena en un banco de baterías que transforma en corriente continua/alterna. Una casa normal funciona con dos kilovatios diarios (heladera, televisor, iluminación), aproximadamente.
“Ahora nos falta lo más importante que es generar la máquina eléctrica que tenga muchos imanes -pares de polos- para que con cien vueltas haga lo que debería hacer un generador de los que hay hoy en venta y que funcionan con 700 vueltas”, explicó Capitani sobre el desafío que viene.
“Si te ponés a pensar lo que hemos puesto en tiempo y en plata es una fortuna, pero es algo que hacemos porque nos gusta”, completó Ciprián sobre la inversión que realizaron hasta este momento. Por lo pronto, el INTI mostró interés en investigar sus propiedades.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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