Por: Fernando Manera (Bioquímico. Departamento de Bromatología de Colonia Caroya)
Un informe de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos apunta que nueve de cada diez estadounidenses consumen demasiada sal a diario. La enfermedad cardíaca y el accidente cerebrovascular (ACV) son las principales causas de muerte evitable en ese país, también en Argentina, y derivan en gran medida de los problemas de hipertensión arterial que sufre la población.
Uno de los factores que aumenta la presión arterial es la sal, y el consumo entre la población Argentina es elevado: muchas veces más del doble de la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (cinco gramos diarios).
Los cuatro alimentos más salados
Los cuatro alimentos de consumo frecuente más salados en la alimentación tradicional suman el 70% de la contribución de sal a la dieta. Por ello, conviene conocer fórmulas para reducir su consumo, como buscar alternativas igual de sabrosas, pero menos saladas.
Embutidos. De todos ellos, el jamón es el derivado cárnico curado más salado y que más sal proporciona a la dieta, seguido del salame, chorizo, salchichón y los picadillos. Entre los embutidos cocidos, sobresalen el jamón y las salchichas. Los embutidos, por sus características nutricionales de abundancia de grasa, colesterol y sal, no cabe incluirlos en un consumo diario.
Panes especiales. El pan blanco, seguido del de molde blanco y el tostado, son los alimentos más problemáticos de este grupo. Por lo que se aconseja consumir panes con bajo sodio.
Quesos. De todos los lácteos, los quesos son los alimentos más salados, entre ellos los quesos secos o duros, el fundido y los quesos frescos, los tres más consumidos. Consciente de esta información, el consumidor debe entender que el queso, por su particularidad nutritiva (además de sodio tiene mucha grasa y colesterol). Por lo que es aconsejable consumir quesos untables de bajo sodio y bajo contenido de grasa
Platos preparados listo para consumo. Las comidas preparadas se destacan sobre el resto en el aporte alto de sodio a la dieta. Una buena planificación sobre lo que vamos a comer en la semana, permitirá consumir menos comidas preparadas y cocinar en casa más cantidad, congelar lo sobrante y descongelar a medida que se necesite.
El consumo de sal en exceso genera riesgos asociados al elevado consumo de sodio: hipertensión, deterioro endotelial, desmineralización ósea, enfermedad renal, riesgo de obesidad y formación de cálculos renales. También es la principal causa de cáncer de estómago. Por ello, a partir de las indicaciones de la OMS, se aconseja consumir menos alimentos salados.
El mensaje es claro y directo: "Consuma menos sodio….. consuma menos sal".
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