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La residencia geriátrica Nuestro Lugar busca ser una opción diferente en el cuidado de la tercera edad

En poco más de un mes, el geriátrico que administran Claudia Gramaglia y el médico Andrés Carrillo logró el 40 por ciento de la ocupación en una casona especialmente preparada para eso en la zona rural de Caroya.

Claudia Gramaglia y Andrés Carrillo se conocieron desempeñando tareas afines en residencias geriátricas. Después, la vida los llevó a compartir la vida, los sueños, la familia.
Y después de muchos años de trabajar en Geriatría para otras personas y otros propietarios, decidieron hacer el camino propio lanzando su propio servicio de residencia geriátrica.
La combinación no podría ser mejor: Un médico al frente a la atención personalizada a los pacientes y una administrativa con conocimiento pleno de todas las obligaciones legales que impone la apertura de un establecimiento con las características de las que hablamos.
Nuestro lugar está emplazado en una casona que aunque tiene 90 años de antigüedad fue restaurada a nuevo por su propietario y preparada para que funcione como hostería. Sobre la calle 2 y 48 de Colonia Caroya tiene alambrado olímpico perimetral, un parque espacioso con enormes árboles, y una galería exterior que permite disfrutar del paisaje.
Lo que tuvieron que hacerle al  inmueble fue colocarle todos los accesorios de seguridad que impone el ordenamiento vigente. Y seleccionar el personal, obviamente que tenga que ver con el slogan que eligieron para el lugar: “Calidad con calidez”.
“Llegó un momento en que se nos pusieron condicionamientos a nuestra labor y nosotros, que amamos de corazón esta rama de la medicina, entendimos que no nos quedaba otra que emprender el camino propio para no tener condicionamientos de ninguna naturaleza. Paralelamente, volcar todo lo que aprendimos en conjunto en una institución propia”, explicó Carrillo.
“Gracias a Dios -agregó- los resultados se están viendo, la gente está respondiendo. Como institución tenemos que cumplir dos objetivos: una es entregarle todo lo necesario al residente y la otra es que la familia duerma tranquila en la casa sabiendo que salvo un imponderable, que a todos nos puede pasar, su familiar está bien atendido”.

Hacer la diferencia
Carrillo y Gramaglia están convencido de que es posible en geriatría calidad con calidez que la parte técnica sea muy fuerte pero también la parte humana. Que haya flexibilidad necesaria para que el abuelo tenga una calidad de vida alta dentro de la institución.
“De cantidad de vida no se puede hablar en Geriatría porque nunca se sabe cuando termina, pero sí de calidad que tiene que estar hasta el último día. Eso lo brinda mucho el soporte humano. Un emprendimiento como éste, de tipo familiar, de tipo casona, sin reglas tan estrictas, nos permite lograr esto”, acotó Carrillo.
Una de las apuestas importante de este nuevo emprendimiento fue apostar a incorporar profesionales jóvenes dentro del equipo. Tal el caso de la nutricionista Andrea Píccoli y de la terapista ocupacional Romina Rocha que aportaron nuevas ideas que no se suelen ver en instituciones geriátricas.
La casona fue el otro hallazgo notable porque no resulta fácil encontrar una construcción que se adapte a las necesidades de un geriátrico. Por su antigüedad tiene unas paredes bien anchas que la transforman en una casa fresca en el verano y muy térmica durante el invierno. Tenía muchas habitaciones y baños preparados para lo que podría ser un hotel pequeño.
De todos modos, Carrillo y Gramaglia decidieron que la residencia tenga una capacidad máxima de 14 residentes para que puedan desenvolverse con soltura, evitando cualquier tipo de hacinamiento.
Para hacerla apta, solicitaron la inspección de bomberos y de la ingeniera en seguridad Edith Parma que les diseñó el plan de autoprotección, el plan de evacuación, y sugirió los lugares donde colocar los matafuegos, las luces de emergencia, los sensores de humo o de gas.
“Todo se está tendiendo a hacer dentro del marco regulatorio tanto municipal como provincial porque nadie más que nosotros queremos trabajar tranquilos y dormir tranquilos sabiendo que está todo en orden, al igual que los seguros y todo lo que piden las normas”, aclaró Carrillo.
Más allá de la experiencia del médico por sus antecedentes como funcionario en Sinsacate donde sigue a cargo del área de Salud -antes fue funcionario en Jesús María- y como médico del Servicio de Urgencias Médicas (SUM), él reconoce en Gramaglia la capacidad de organizar la residencia: “Claudia es el verdadero cerebro de esto porque conoce cada punto y coma de la ley y que nos van a pedir en cada organización de control. Si le sumamos esa experiencia mi trayectoria como médico geriatra, estamos en condiciones de señalar que podemos llevar adelante el emprendimiento tranquilos porque conocemos de qué se trata el servicio”.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

1 comentario:

  1. Felicitar a Claudia y Andrés por hacer las cosas bien echas y lanzarse en el emprendimiento, tan necesario hoy en dia con los tiempos que corren.
    Esperemos que la mayoría de residencias geriátricas puedan ofrecer un servicio de esta calidad también.

    Saludos
    Silvia

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