En su primer discurso durante el aniversario de la ciudad, el intendente Luis Grión dirigió un breve pero conciso mensaje a la comunidad en el que resaltó los desvelos de los primeros moradores y sugirió mantener vivos aquellos valores sobre los que se edificó Colonia Caroya: familia, trabajo, y fe.
La Plaza Nicolás Avellaneda fue el marco dentro del que se desarrollo el acto protocolar por los 134 años desde la fundación de Colonia Caroya, el 15 de marzo de 1878.
Grión comenzó su alocución apelando a un ejercicio de imaginación: “Cada vez que me ha tocado participar de los festejos por el aniversario de la ciudad, hoy como intendente, en otras oportunidades como funcionario o representante de otras instituciones, incluso como ciudadano que, en definitiva, es lo más importante, me ha sido imposible resistir la tentación de imaginarme aquel 15 de marzo de 1878 con aquellas 120 personas que llegaron después de partir del puerto de Génova, navegar en el mar durante 40 días, alojarse en el hotel del inmigrante en Buenos Aires, tomar luego un tren hasta Córdoba y de ahí otro hasta Jesús María”.
Y añadió: “Y alojarse en esa histórica casa de Caroya. Después, encontrarse con la nada, con el monte, con todo por hacer, sin agua, vivir hacinados en esa casa, hasta que cada uno con sus manos comenzara a construir primero su casa, a desmontar todo ese monte, buscar el agua, soportar la epidemia del cólera y todas las viscicitudes: las plagas que terminaban con la cosecha, las pedreas, y sin embargo continuar soñando con la construcción de una ciudad. Comenzando todo de nuevo, viniendo a una tierra prometida que después le terminaron cobrando. Entonces digo que hay tres valores fundamentales que rescato de aquel pueblo que hoy es el nuestro. Seguramente fueron fundamentales para llegar a esto. Esa dedicación al trabajo, ese amor por la familia, y esa inquebrantable fe en Dios. Sino hubiese sido imposible haber hecho la proeza que realizaron las primeras familias. Si había algo que rescatar es esto: librarse del egoísmo y pensar en construir la ciudad, una ciudad que fuera para todos y en la que necesariamente no se pudiera pensar solamente en nuestra casa ni en nuestros cultivos sino pensarlo entre todos. El agua la tuvieron que traer desde la naciente del río Carnero por el canal San Carlos con el trabajo de todos, de las mujeres, los hombres, de los niños. Hoy, es el día oportuno para hacernos la pregunta sobre si nosotros conservamos esos valores, de pensar que para seguir construyendo la ciudad tenemos que hacerlo entre todos y que todos tenemos que asumir el compromiso de que Colonia Caroya será mejor y será digna para vivir si todos lo asumimos de esa manera y no pensamos solamente en nuestro bienestar. Esto es indispnesable para que podamos imaginar una ciudad mejor”.
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