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Motociclistas lideran ranking de infracciones

De las 600 personas que hicieron el curso de reeducación vial, la mayoría era dueño de una motocicleta. En los accidentes de tránsito, la tasa de participación de motovehículos es de uno cada tres accidentes. Caras de un fenómeno social complejo de resolver.

Hace diez años, nadie podía pensar que el parque de motovehículos en Jesús María iba a crecer de modo exponencial como lo hizo. Tampoco que ese crecimiento iba a cambiar la configuración de la ciudad. Como si hubiesen salido de un hormiguero, las motos se multiplican por todos lados y también se multiplicaron las facilidades para acceder a ellas: un recibo de sueldo y una fotocopia del documento bastan para sacar un rodado y pagarlo en hasta 50 cuotas.
Con esto, se logró que más sectores sociales -especialmente los más pobres- puedan acceder al vehículo propio. Lamentablemente, ese acceso no vino acompañado de preparación ni instrucción alguna y el resultado comenzó a verse en las calles con infracciones permanentes de los motociclistas.  Se estacionan sobre las veredas, en las esquinas, circulan por la vereda, hacen maniobras en contramano, no llevan casco, llevan más de dos ocupantes, circulan a altas velocidades, generan ruido por encima de los decibeles permitidos por sus caños de escape, entre otras.
No se trata de una generalización sino de una enunciación de las faltas más frecuentes generadas por motociclistas.
Pero más allá del dato estadístico, lo cierto es que la parte más preocupante es que se transformaron en los principales destinatarios de las actas de infracción que labra la Guardia Urbana Municipal (GUM), según la información a la que accedió este semanario. Y también se ubican entre los mayores responsables en accidentes de tránsito con promedios que van entre las 80 y 100 intervenciones anuales en accidentes entre 2008 y lo que va de 2011.
Para el municipio, se trata de un problema social complejo de resolver. En el mientras tanto, un centenar de motos permanecen secuestradas en las oficinas de la GUM.

Fenómeno social
“Si tuviésemos  nada más que tres mil motos como son las que están inscriptas, no veríamos lo que se ve en la calle: que la moto no tiene donde estacionar, que en una escuela hay 100 motos esperando a los chicos, que en los súper está repleto de motos. Son datos de cuando circulás, oportunidad en la que ves que hay cada vez más motos “, señaló el secretario de Gobierno de Jesús María, Enrique Brizuela, al ser consultado sobre cuál es la estimación que hace el municipio sobre la cantidad de motovehículos.
Con la frase inicial, quiso señalar que cerca de un 50 por ciento del parque de motovehículos está inscripto. El resto circula sin papeles, sin documentación, y a veces sin carné de conducir. Según el cálculo, habría más de siete mil motocicletas en la calle y unas dos mil quinientas más que aportan entre Colonia Caroya y Sinsacate.
Lo grave no resulta tanto la falta de acreditación ante las autoridades del registro de propiedad del motovehículo sino el impacto que vienen teniendo las motocicletas en la vida cotidiana.
Vamos, por ejemplo, al caso de los accidentes protagonizados por motocicletas. Según la estadística que viene llevando la Guardia Urbana Municipal (GUM) en 2008 las motos participaron en 102 accidentes de tránsito. Fue uno de los peores años, según el registro municipal. Después, en 2009 protagonizaron 78 accidentes, 82 accidentes en 2010, y 66 en lo que va de 2011, tasa que puede explicarse porque el municipio se declaró en emergencia vial y secuestró un centenar de motocicletas por variadas infracciones.
El acta más frecuente que labró la GUM en este período fue por no llevar casco reglamentario, requisito obligatorio de acuerdo al ordenamiento normativo vigente.
De los 328 accidentes que fueron protagonizados por motos,  más de 80 personas resultaron con lesiones y el municipio erogó antre abril de 2010 y julio de 2011 unos 74 mil pesos a los servicios de emergencias que asisten a las víctimas de tránsito en la calle.
Según el informe emitido por el municipio en septiembre de este año, la emisión de carné de conducir para motociclistas registraba 2100 licencias entregadas. ¿Dónde sacaron la licencia, entonces, quienes circulan por la ciudad y que serían unos 4900 conductores más?

Propiedad vs tenencia
Una parte de las motocicletas existentes no se inscriben proque vendrían de procedencia dolosa y otra parte tampoco se puede inscribir porque el usuario no tiene sus papeles hasta tanto no cancele la cuotas que acordó con el vendedor. Y una tercera parte sigue la regla del argentinismo que señala que hasta que a uno no lo aprietan ni le exijan no inscribe la moto y zafa unos meses (o años) de los impuestos.
Para los dos primeros casos, el municipio evalúa la posibilidad de entregar una suerte de patente administrativa propia, por un plazo determinado, que le sirva al poseedor para circular. Durante ese lapso, tendrá que juntar los papeles correspondientes para acreditar propiedad. Esa patente acreditaría tenencia hasta tanto se pueda acreditar propiedad.
“Un vecino vino y declaró que esa moto es de él. A ese vecino podemos darle una patente con una denominación que acredite tenencia y una identificación administrativa con la que se sepa cómo contribuye con ese vehículo. Digamos que con ese mecanismo el motociclista se aseguraría el derecho de uso de la vía pública. Y se otorga por un plazo. Si no se logra registrar o blanquear, se da por caído el permiso de circulación”, explicó Brizuela sobre el proyecto.
Vender un auto y comprarlo no es lo mismo que vender o comprar una moto. La presión no es la misma y genera cierta informalidad entre quienes se movilizan a través de este medio.
Pero siguen siendo actores centrales del tránsito de la región y cambiaron la configuración del centro y de los barrios.

Abarrotamiento
Durante los últimos 15 días, mermó el índice de recupero de motos secuestradas por parte de sus propietarios. Eso provocó que se acumularan en el depósito de la GUM más de 100 unidades que esperan a que sus duueños regularicen la situación que los llevó al secuestro.
Pero vale aclarar que una motocicleta “crota” generalmente sufre el abandono definitivo y el municipio la traslada al depósito que está en el predio del basural. No es el caso de la mayoría de las motos que hoy tiene la GUM en guarda. Son motos en buen estado, de buena cilindrada, y seguramente muy útiles para sus dueños.
“Es indiscutible que es un fenómeno social, que tiene muchas causas que lo generan: economía, movilidad, comodidad,  y el Estado no adaptó esa realidad social, incluso en lo normativo”, redondeó Brizuela en la explicación del porqué cambió tanto el tránsito con las motos.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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