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El ajedrecista Bruno Roldán quiere competir en el sudamericano y necesita padrinos

 El niño de 9 años está expectante de la posibilidad de ir a competir entre los mejores de su categoría en el sudamericano de ajedrez. Para eso, necesita de ayuda financiera.

En poco más de tres años, el ajedrecista de Jesús María Bruno Roldán viene dando muestras de que tiene muchas condiciones. No ha hecho más que acumular medallas y trofeos ganando instancias locales, regionales, y hasta nacionales.
Cuenta con el apoyo de su familia que asume durante todo el año el costo de los viajes y las estadías en cada uno de los encuentros a los que se presenta. Pero esta vez tiene una meta más grande y una buena chance de consagrarse campeón sudamericano de ajedrez, pero para ello necesita reunir los fondos para poder viajar a Perú junto a su madre a mediados de diciembre.
Lamentablemente, aunque tuvo clasificado, Bruno ya se perdió la oportunidad de participar del mundial de ajedrez porque los costos de pasajes y estadías lo hacían imposible.
Esta vez, la posibilidad está mucho más cerca: 1400 dólares separan al niño de 9 años de participar de un evento internacional en el que tiene tantas chances como sus rivales.
Bruno no disimula sus ganas de participar, pero sabe que depende de la financiación que puedan otorgarle algunos sponsors, a los que devolverá su aporte con publicidad en gorros, buzos, y camperas.

Aliento familiar

Miguel Duarte, abuelo de Bruno Roldán, es un poco el responsable de haber entusiasmado al niño de 9 años para que se meta en el mundo del ajedrez. Él le enseñó los primeros palotes, pero resulta que el alumno ahora superó al maestro y el niño ha pasado a ser imbatible en su familia.
Y también se ha transformado en una joven promesa del ajedrez local al posicionarse entre los primeros diez jugadores a nivel nacional. Ese estatus es el que le permitió clasificar a las instancias internacionales: el mundial y el sudamericano.
Al primero no pudo ir por el costo que implicaba y porque no consiguió del estado provincial el apoyo que sí consiguieron otros ajedrecistas. Pero al sudamericano no quiere perdérselo por nada en el mundo y eso impulsó a la familia a pedir ayuda a la comunidad.
Roxana Duarte, mamá de Bruno, es la otra responsable del entusiasmo del niño porque lo acompaña y financia las competencias a lo largo del año que son, generalmente, ocho.
Comenzó a jugar hace tres años y desde entonces vino ganando todo lo que se interpuso en su camino. La meca de toda esa carrera: el primer puesto en el argentino de ajedrez, instancia que ganó ¡la primera vez que lo jugó!
Obviamente, para llegar a aquella instancia tuvo que ganar los torneos precompetitivos, los torneos locales, y la liga provincial, entre otros. Ya en 2009, había salido segundo a nivel provincial. Y en 2010 salió campeón con el equipo de Jesús María que ganó la liga provincial de punta a punta.
De todo ese raid, salió la clasificación para jugar un sudamericano en Bolivia en diciembre de 2010. Entre los argentinos que participaron de esa instancia, salió segundo de trás de un colega de Santiago del Estero.
Entre diciembre de 2010 y febrero de este año, las competencias se repartieron entre Alcira Gigena, Tanti, y Carlos Paz que fueron las instancias que lo dejaron clasificado al mundial y sudamericano de este año.
Al mundial no pudieron ir porque no lograron juntar fondos suficientes -necesitaban 13 mil dólares- pero del 17 al 21 de diciembre no se quieren perder la cita para el sudamericano en Lima (Perú) donde los fondos que necesitan son mucho menos: 1400 dólares en total.
Como hacen otros ajedrecistas, la familia de Bruno viene ofreciendo la posibilidad de llevar publicidades en prendas de vestir como campera, gorra, buzo, remera. Lo que hace falta es buena voluntad del empresariado local y de las instituciones para acompañar el desafío de colar, quizás, un campeón sudamericano de nuestras pampas.
“Tengo muchas ganas de ir. Estoy entrenando mucho. Cuatro veces a la semana en el Círculo y dos veces en mi casa”, señaló Bruno al ser consultado sobre sus expectativas.
Bruno concurre al Instituto Nuestra Señora del Rosario del Milagro donde hace las mismas actividades que cualquier otro chico de su edad. Aparenta ser tímido. De hecho, casi no sabe cómo posar para la foto de rigor que Primer Día tomó en la sede del Círculo de Ajedrez de Jesús María. No tiene novia -claro, es muy chico para eso- pero la sola pregunta lo pone incómodo y le deja un poco ruborizado. Tampoco podría alardear de una novia porque su mamá se confiesa “guarda” del nene.
Es un niño con “pasta” de campeón pero al mismo tiempo con la humildad suficiente como para no creérsela demasiado. Durante la entrevista, se muestra nervioso y sólo se fue soltando con el correr de los minutos.
El abuelo Miguel se siente orgulloso de todo lo que logró el nieto y ya no quiere jugar en su contra. La mamá Roxana entendió que para estimular la pasión del pequeño tenía que “respirar” ajedrez y, por ese motivo, también comenzó a aprender el juego.
La mamá intervino para relatar lo que la familia viene sintiendo con los logros de Bruno: “Estamos muy orgullosos, por supuesto. Es muy lindo. Sabíamos que él andaba bien y por eso lo empezamos a estimular y a acompañarlo a los torneos, incluso pidiendo permiso a veces en el trabajo”. Todo por un niño que promete dar grandes alegrías en el mundo del ajedrez.

Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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