Los recursos para frenar el impresionante avance del narcotráfico parecen mal direccionados. El interior de Córdoba es el que más sufre la improvisación de los gobernantes de turno. Falta contención para los adictos.
A esta altura de los hechos, pocos pueden asombrarse del nivel de histeria colectiva que carga nuestra sociedad. Y pocos pueden asombrarse porque muchos adolescentes y jóvenes intentan frenar la presión social con fármacos, narcóticos, y alcohol en cantidades industriales.
Las crecientes diferencias entre pares, la soledad, y la imposibilidad de comunicación empujan a parte de la juventud a la búsqueda de sustitutos. Y dentro de ese marco, la droga viene como anillo al dedo.
Lo extraño es que, pese a los esfuerzos que dicen realizar las fuerzas de seguridad, la droga se consigue casi en cualquier esquina y casi en cualquier barrio.
Pero la finalidad de este artículo no es cargar las tintas sobre quienes luchan contra los narcotraficantes. Es más: los incitamos a redoblar los esfuerzos en dicha lucha y a lograr mayores resultados, esto es, a meter más gente presa por esos delitos.
Lo que viene ocurriendo es que cada vez a menor edad, los adolescentes tienen acceso al consumo de estupefacientes. Particularmente, hay una sensación respecto de que la venta de marihuana se ha naturalizado. Falta que se la expenda en los kioscos para que la sensación se confirme.
Y de nada valdrá que se ponga a uno o a cien “narcos” bajo rejas si un menor cayó en las redes del consumo. El daño ya fue hecho y los esfuerzos para la rehabilitación implican un trabajo que muchas veces las familias no están en condiciones de afrontar.
En Jesús María, funciona un excelente programa de rehabilitación para adictos y depende de la Municipalidad. Pero se trata de un programa “ambulatorio”, sin internación, de modo que el paciente culmina sus consultas y vuelve a la calle, a la misma calle donde se le ofrece seguir consumiendo drogas.
Entre tanta inversión en obra pública que hace el estado nacional y provincial, ¿no habrá recursos para generar espacios donde los adictos tengan acceso a tratamiento gratuito y la contención necesaria mientras salen de ese infierno?
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