Por: Juan Manuel García Escalada (Docente. Psicólogo Social).
Cuando Odiseo se enfrenta a Tiresias, el viejo ciego y sabio, (el que le dirá la verdad a Edipo en su momento) éste le habla en un idioma que tiene retumbos lejanos. No es otra que una conversación en inglés. Pero suena extraño y también metafórico de lo que fue la sorprendente puesta en escena de ese fresco griego que es la “completud” de la Illiada.
La Odisea, obra que se dice fue escrita por Homero en los siglos VIII – IX antes de Cristo, transforma quizás, a éste, en el primer cantor occidental de las lides y penurias de los hombres y mujeres dentro y fuera de una contienda militar. Pero hay quienes dicen que por ciertas estructuras y metáforas en la escritura, esta obra habría sido escrita, tal vez, por una bella dama.
Disquisiciones aparte, la presentación que de la Odisea hizo la Asociación Educativa Pío León de Jesús María tiene el merito de haber sido un coro colectivo de participaciones individuales de todos los cursos, desde primer año hasta el último. Con un montaje técnico y escenográfico, se construyó un espacio singular para la expresión de los alumnos que participaron de manera dinámica y con soltura de las diferentes escenas de la obra.
Esa odisea que Odiseo va a tener que llevar a cabo durante diez años de su vida y que ya otros tantos, se habían consumido durante la guerra de Troya, (por el robo de Helena, esposa de Menelao, de manos del príncipe Paris). Lo hacía ir de deriva en deriva, a partir de su enfrentamiento con unos de los dioses más poderos del olimpo griego, Poseidón. Entre tentaciones, dudas y certezas (como en la vida de cada uno de nosotros), pero que él lo daba a entender: que nada es verdadero, sino hay verdadero amor.
Así, la Odisea será el camino que se compondrá de las tentaciones y encantos que le ofrece Circe; de la muerte de Polifemo, un gigante de ojo unívoco, (que se lamenta como Frankestein), al decir ‘soy malo porque soy feo y nadie me quiere’.
Estarán los seres del Inframundo donde reina el poderoso Hades y su encuentro con almas dolientes y latentes.
Aparecerá el encanto de la belleza, y las nuevas tentaciones, no sólo oníricas, frente a las sirenas y sus melodías desencadenantes.
Y también Calipso y su despedida de Odiseo con la bella interpretación del poema de amor, del chileno, premio Nobel, Pablo Neruda.
Y al final, la llegada de Odiseo a su isla, Itaca, y el enfrentamiento con los candidatos que esperan por los amores de Penélope, quien durante tanto tiempo ha tejido y destejido en espera del encuentro final con su amado.
Esta historia clásica universal, y que demuestra que lo clásico siempre está de moda, (que concentra las vanidades, divinidades y defectos de los humanos), tuvo una excelente mixtura coreográfica, musical y tecnológica, donde los jóvenes (de la mano de las profesoras de Lengua, Educación Física y Artística) mixturaron lo clásico con lo contemporáneo en función también del conocimiento y la crítica de conductas sociales actuales y el poder de creación de imágenes de los medios de comunicación, a través de finas y sutiles ironías.
Los jóvenes son capaces de sorprendernos desde el arte y dar nuevas miradas sociales, es cuestión que los adultos se animen a perder miedos y estereotipos y seguir un camino que se construye siempre juntos: Entre adultos y jóvenes. En lo que es primordial no perder el poder y el saber de la palabra para conversar, que es en definitiva el verdadero arte del aprendizaje.
Bienvenido al teatro de la vida. Porque, como dijo Aristóteles (384-322 AC): “…el arte tiene por finalidad dar cuerpo a la esencia secreta de las cosas, no el copiar sus apariencias…”.
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