“No hay que esperar tantos milagros, hay que disfrutar las cosas como son”, resume César Stagnaro sobre su actitud ante la discapacidad en general y en particular hacia la de su hermano. Y añade sobre la problemática de la persona con discapacidad: “Las personas con este tipo de discapacidades físicas van de la terapia a la casa y de la casa a la terapia. Vemos ese entorno y hemos hablado con gente que tiene los mismos problemas: le dedica demasiado tiempo a la rehabilitación, a querer reparar a la persona en lugar de dedicarle tiempo a divertirse. Si los milagros existen van a aparecer”.
Esa actitud derivó en la iniciativa para crear una fundación que llevará por nombre Recreando de la que están trabajando en los aspectos que tienen que ver con la burocracia porque son muchos los papeles que hay que llenar y presentar.
“La idea es que esta fundación pueda ofrecer herramientas a personas con dificultades físicas para que puedan divertirse y que la diversión funcione como terapia en lugar de estar rodeados de un ambiente de enfermeros, kinesiólogos, y otro tipo de profesionales. La intención es sumar voluntarios, atletas, músicos, artistas, que estén por fuera de este círculo del que hablábamos”, explica César sobre el cometido principal de esta fundación de la que ya están redactadas sus principales metas.
Recreando pretende movilizarse en entornos donde se invierta la lógica, donde no sea la persona con discapacidad la que se tenga que adaptar a la actividad propuesta sino al revés. La idea es salir de la reunión de personas con discapacidad que se reúnen entre ellas y hacen cosas para ellas.
“Desde mi punto de vista -explica César- eso no funciona como adaptación porque estás creando un nuevo ‘grupo’. Lo ideal sería que esa persona con discapacidad pueda moverse en cualquier ámbito, con gente sin problemas o con otros problemas. Sino los vas movilizando de ‘grupo’ en ‘grupo’. No me opongo a que existan esos espacios pero con la fundación queremos romper esa barrera”.
El planteo tiene que ver con la experiencia familiar, obviamente, ya que por la vida de Frachu pasaron unas cuantas decenas de profesionales que dejaron de tener vínculo con él cuando concluyó la relación profesional-paciente. Recreando quiere romper ese círculo.
Como no quieren dejar nada librado al azar, vienen trabajando puntillosamente para completar la papelería, conseguir el capital inicial que hace falta para tener una fundación y redactar el objeto, los fundamentos, el plan trienal, entre otras cosas. Si todo marcha como imaginan, la papelería se presentará en febrero de 2013 y que pueda funcionar desde el año próximo.
Acerca de la accesibilidadLa opinión de César sobre si nuestra región es ‘accesible’ para las personas con discapacidad como su hermano es muy clara: “Pésima, muy mala. Tenés una rampa para sillas de ruedas en la esquina y a 50 metros tenés una entrada a un garage que tiene un escalón o cosas por el estilo. O están las rampas pero las veredas están tan deterioradas que no sirven para trasladarse en una silla de ruedas. Para que haya accesibilidad, tiene que haber algo muy bien planificado, financiado, y tiene que haber mucha conciencia social”.
Pero no le achaca toda la responsabilidad al Estado: “Debería ser un trabajo comunitario. Por decirte, muchos comercios tienen escalones para acceder a ellos. Eso no es algo que tenga que resolver solamente la Municipalidad. O ahora que está de moda que los bares pongan esas carpas enormes que cortan todo el tránsito. Tengo varios amigos en sillas de ruedas que me comentan que no pueden transitar si no es esquivando sillas. Si la accesibilidad fuera buena, no haría falta solidaridad”.
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