Gabriel Frizza lleva una semana como intendente de Jesús María y ya tomó algunas determinaciones que lo diferencian de su antecesor, Marcelino Gatica. Por lo pronto, su despacho funciona en el obrador municipal, cerca de la masa mayor de trabajadores.
Durante su ceremonia de asunción dirigió un mensaje concreto sobre lo que pretende para los cuatro años que vienen. “Desde el momento en que decidí presentarme y después de pensarlo largamente, la verdad es que no dejé de vivir sensaciones muy fuertes y muy lindas, llenas de afecto y algunos enojos que también son parte de esta construcción y este camino”, señaló sobre el comienzo el nuevo jefe comunal.
Frizza largó un mensaje conciliador al recordar que sus orígenes estuvieron junto a las personas que hoy forman parte de la oposición como Alberto Juan Fío y Roberto Ispizua, junto a quienes militó dentro del radicalismo.
“Cuando me preguntaban por qué quería ser intendente, contestaba lo mismo: desde muy chico uno ha mamado el concepto de la solidaridad, de la humanidad. Cuando uno se juntaba con muchos amigos en el Club de Leones o el Club Argentino de Servicios, no pensaba que comenzaba a recorrer este camino que hoy tiene este final. Me inculcaron sobre el dar lo que uno tiene y no lo que a uno le sobra y, por eso, consideré que este era el momento oportuno para dirigir los destinos de la ciudad”, narró Frizza sobre el origen de su decisión de presentarse a la intendencia.
El jefe comunal también reconoció que no hay orgullo más grande para un hijo de la ciudad que dirigir sus destinos. De inmediato, enumeró algunas de las obras de los ocho años de gestión de Gatica y de las que se siente orgulloso como el Complejo para la Discapacidad, los dispensarios, las 15 viviendas sociales de Sierras y Parques, el Polideportivo Municipal.
Frizza reiteró en varios tramos del discurso que está en condiciones de gobernar porque se preparó para ello: “Sería un irresponsable sino hubiera podido desandar este camino para poder estar hoy parado acá haciéndome cargo de la ciudad”.
Recordó la alegría del triunfo del 7 de agosto pasado y agradeció a sus amigos incondicionales. Y trazó allí una línea sobre el pasado para hablar del porvenir de la ciudad.
Ése fue el tramo del discurso en que recordó los compromisos de gestión y de campaña: “La gente nos señaló un camino en las elecciones que se empezó a transitar hace ocho años atrás donde conviven la transparencia, la austeridad, los servicios con calidad, el equilibrio fical, el trabajo mancomunado con los centros vecinales y las instituciones que son las bases de la futura gestión”.
“No somos iluminados -aclaró Frizza- no hacemos maravillas, pero sí tenemos un don del trabajo, de la apertura, de la tolerancia, del diálogo, que creo son el fruto de un éxito en la gestión de gobierno. Estas son las bases de nuestra nueva gestión”.
Frizza llamó a profundizar y mejorar el modelo que los vecinos de Jesús María avalaron durante las tres últimas intendencias. Recordó su origen como trabajador y se presentó ante los empleados municipales como un igual, pero aclarando que iba a exigir de ellos el mayor esfuerzo.
Entre las propuestas más destacadas, Frizza mencionó la posibilidad de llamar a elección de convencionales constituyentes para redactar la Carta Orgánica de la ciudad, probablemente en 2013.
Sugirió la posibilidad de construir el museo para la ciudad, además de lanzar desde marzo del año próximo de un plan municipal de viviendas con crédito propio. Y al gobierno de Córdoba le pidió que no se olvide del desarrollo del norte cordobés que Jesús María lidera.
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