Breaking News
recent

Editorial: Adelantando balances

En poco menos de una semana, cambian las autoridades que conducirán a Jesús María y Colonia Caroya hasta 2015.

Para un hijo de estas tierras no debe haber honor más grande que conducir los destinos de la ciudad que los vio nacer, militar políticamente, crecer, equivocarse, acertar, y cambiar. Bien deben saberlo Luis Grión y Gabriel Frizza, dos contemporáneos a los que le tocó la suerte y el aluvión de votos de Colonia Caroya y Jesús María, respectivamente.
Pero los hijos de esta tierra tienen, a su vez, hijos e hijas que serán depositarios de los aciertos y desaciertos que cometan sus padres. Estos jóvenes intendentes gobernarán, también, para sus hijos, de modo que el compromiso es grande y mucho el desafío.
Sobre lo que ellos hagan, habrá tiempo para ponerlo en su justa medida cuando pasen algunos años y algunas acciones concretas.
De los que se van, aunque prematuro, es posible intentar algunas reflexiones.
Rodolfo Visintín acunó el sueño de ser intendente de su ciudad, Colonia Caroya, antes de que despuntara el siglo 21 y cuando parecía que el sueño se iba a quedar colgadito en el ropero, sus correligionarios lo fueron a buscar y le obligaron a retomar la senda de sus anhelos. Ganó con autoridad la elección de 2007 y decidió comandar con firmeza los destinos de la ciudad. Padeció los primeros meses por el desorden financiero en que encontró el municipio (cheques voladores, acreedores impacientes, salarios para incrementar, una planta sobredimensionada sin presupuesto para hacerle frente, entre un largo etcétera).
Quienes no lo conocía, creían que se trataba de una persona demasiado “bonachona” a la que le iba a resultar difícil tomar las riendas después de tanta fiesta, pero no. El intendente demostró ser una persona de caracter al punto tal que desconcertó a más de uno con sus declaraciones y la defensa de las arcas municipales. Quizás los vecinos depositaron en él expectativas que no iba a poder satisfacer con una billetera flaca. En cuatro años, logró rearmar la flota de vehículos y maquinaria, gestionó con la provincia y la Nación obras importantes, y ordenó los números de la ciudad. ¿Se pudo hacer más?. No lo sabemos. Habría que estar en esos zapatos antes de aventurar una respuesta.
Marcelino Gatica asumió como intendente de Jesús María al poquito tiempo de haber cumplido 40 años y con la ambición de hacer lo mejor para su Jesús María.
El municipio tenía orden en lo financiero pero casi nada de ahorro. Se abocó en los primeros tiempos a hacer caja y tratar de hacer obra pública sin acudir al endeudamiento ni al crédito. Hubo pocos períodos desde el regreso de la democracia en la que hubiera tanta obra pública en la ciudad. Aunque se pasó gran tiempo enfrentado a los gobiernos centrales, de todos modos logró financiamiento de obras importantes para la ciudad (ensanche de la ruta 9, puente.
Ensanchó los horizontes en materia de nuevos servicios a la comunidad, entre los que se destacaron todas sus innovaciones en materia educativa (programas de apoyo escolar, inglés en las escuelas primarias públicas, natación en las escuelas).
Y, especialmente, tendió redes interinstitucionales. Fue un gran armonizador de la vida de las instituciones de la ciudad.
Claro, ni Visintín ni Gatica fueron perfectos. Pero no es el objeto de este pequeño balance el de señalar las cuestiones que no pudieron resolver durante el tiempo en que les tocó gobernar.
Preferimos la visión del que ve los pasos dados hacia adelante, hacia el futuro, aunque sean pocos o muchos. Porque los pasos por dar son los que empiezan el 10 de diciembre y por cuatro años más.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.