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ACES pidió a la comunidad que se contagie de solidaridad

Con una nueva camada de soldaditos de la vida, el grupo Adolescentes Contra el Sida renovó su presencia en el centro de Jesús María para pronunciarse en contra de la pandemia que cada año se lleva a más personas en todo el mundo.

Una versión demasiado reduccionista de la cuestión señalará que ACES es un grupo de jóvenes que trabaja en prevención contra el VIH-Sida. Pero esa versión reduccionista evitaría señalar que durante los últimos 19 años Ignacio “Nacho” Aguirre comenzó a peinar canas con fundamentos, no por casualidad.
Es que la visión de este profesional respecto de la propagación del virus no estaba tan errada y, pese a que se conoció la existencia del VIH-Sida allá por 1984, en pleno siglo 21 todavía no se conoce una cura definitiva a la enfermedad.
Hoy, dialogar sobre VIH-Sida dentro del grupo ACES es el puntapié para hablar sobre la vida, sobre los cambios que sobrevienen durante la adolescencia, sobre cómo hay que hacerse responsable del propio cuerpo, sobre el momento en que debe decidirse la iniciación en la vida sexual, y sobre muchas cosas más que tienen que ver con quererse a sí mismo, cuidarse a sí mismo, y ser solidario con los demás.
Por eso, no extrañó que el lema de este año sea “Hoy y todos los días, contagiate de solidaridad”.
Y con la excusa del Día Mundial de Lucha contra el VIH-Sida, los ACES salieron al centro de Jesús María para difundir esos mensajes, repartiendo folletos, y también repartiendo preservativos.
Una cosa clara después de 19 años de existencia del grupo: con ACES se acabó el “De eso no se habla”. Todo lo contrario. Por ahí es comprensible que a un adulto le genere pudor que un niño, una niña. o un adolescente hable con propiedad sobre relaciones sexuales o sobre protegerse durante las relaciones sexuales. Especialmente, porque hay muchos de esos niños que ¡ni siquiera tuvieron esas experiencias ni las van a tener por un tiempo! Pero eso no quiere decir que crean con candidez la versión de que los niños vienen de un repollo ni mucho menos de que los trae la  cigüeña desde la ciudad de las luces.
Después de todo, menos mal que alguien sale a hablar sobre estos temas. Y si los adultos no se hacen cargo de trabajar en la prevención de los embarazos no deseados, de las enfermedades de trasmisión sexual, y de estos temas que tienen que ver con la vida misma, pues entonces que lo hagan los más chicos, que tomen por asalto la ciudad en pos de la vida, que esparzan por cada rincón la necesidad de permanecer vivo cuidándose a sí mismo y al prójimo. En definitiva, que se multipliquen los ACES entre sus pares.

“Hablen con papá y mamá porque nadie en el mundo los va a asesorar con más amor que ellos”

La excusa es el primero de diciembre porque es la fecha en la que en todo el mundo se habla de la prevención del VIH-Sida, pero en nuestros pagos el grupo  ACES lo viene haciendo cada semana desde hace 19 años.
Y no es casualidad que ACES se escuche igual que Haces porque mucho tiene que ver con el hacer más que con el decir. Ignacio Aguirre es bioquímico como su padre y como su hermano, pero antes que eso es una persona comprometida con el prójimo. Tiene detractores, desde luego, pero tiene más incondicionales y eso se nota cuando se lo cruzan por la calle y se funden en abrazos y gestos de cariño.
En 19 años, han pasado un par de miles de niños, adolescentes y jóvenes por el grupo que no se van de ACES aunque físicamente no participen de las reuniones del grupo.
“La renovación constante del compromiso que tienen los chicos para con ACES y con la epidemia, conmueve y enormemente. Encima es un día muy especial porque vamos a reditar la entrega de los premios ACES a dos personas que fueron elegidas por los mismos chicos, lo cual habla por sí solo de la calidad humana de ella”, señaló Aguirre al referirse al premio que le otorgaron a Vanesa Bula y a Soledad Castillo, quienes fueron convocadas al encuentro sin saber que iban a ser premiadas.
“No hubiéramos podido -añadió Aguirre- llegar hasta donde llegamos sino fuera por todo lo que hacen ustedes (los medios de comunicación), por el apoyo incondicional que nos brindan y aun a riesgo de encontrarse con  alguna opinión desubicada que considere que estamos haciendo vaya a saber qué cosa con la cabeza de los chicos. La epidemia no nos va a perdonar la menor de las distracciones, como no lo ha hecho hasta ahora. Apuntamos a generar cada vez más conciencia”.
Nacho, como conocen todos al profesional, apuntó también respecto de cómo es hoy para los chicos “salir a la calle”. Como primer consejo, Nacho pidió que hablen con papá y mamá: “Nadie en el mundo los va a asesorar con más amor que ellos, y nadie en el mundo los va a aconsejar con más cuidado que ellos. La calle está cada vez más peligrosa y dejarlos desprovistos de la única herramienta que tenemos para enfrentar no solamente la epidemia del Sida sino del problema acuciante que significa el alcohol, las drogas, el ejercicio de una sexualidad a una edad cada vez más temprana sin los conocimientos. Me parece que hay muchos riesgos que los adultos tenemos que tomar en nuestras  manos y generar el espacio para que los chicos nos puedan preguntar. Hablen con papá y mamá y acérquense a ACES que le vamos a dar consejos sobre todo con mucho sentido común”.
Lo notable de la nueva camada de ACES es que tiene muchos niños y niñas que ni siquiera mantuvieron relaciones sexuales. De hecho, muchas de las chicas todavía no tuvieron la menstruación. Y ni siquiera salieron del colegio primario. Sin embargo, mantienen el compromiso de formar parte de la organización.
“Hace muchos años uno de los chicos acuñó una frase que decía que ‘tenemos que llegar antes de que llegue el virus’. No vale de nada haber llegado un minuto después. Hay que llegar antes. Está muy bueno que un chico que todavía no empezó a vivir su vida sexual activa ya tenga presente que el hecho de vivirla conlleva una serie de responsabilidades, una serie de cuidados que no pueden estar ausentes a la hora de su formación. A eso apuntamos. A que cuando llegue ese momento, porque ellos lo deciden, no empujados por nadie, sepan que tienen herramientas como para prevenir la enfermedad. Después está todo lo demás, el compromiso con lo social, la opción concreta de ser parte de la historia como un protagonista activo, bajarse de la tribuna y jugar el partido contra el Sida todos los días. Esto me parece maravilloso. Que nos pase 19 años después de haber empezado esta tarea, me llena de mucho orgullo”, redondeó Nacho.
Excepto en prácticas poco ortodoxas, la actividad sexual es algo que se lleva a cabo en la intimidad y entre dos personas. ¿Por qué, entonces, el mensaje habla de contagiar de solidaridad? ¿Excede la solidaridad el ámbito de la pareja?. Esto opinó Nacho sobre el tema: “Solidarios con uno mismo. El uso de preservativo es un acto de amor propio inmenso porque estoy cuidándome yo y cuido al otro. Me cuido porque me quiero y, por lo tanto, soy solidario conmigo, pero además apunta a la solidaridad con las personas afectadas. Esto significa a las personas que conviven con el VIH o que tienen Sida, sus familiares, sus amigos, con toda esta gente necesitamos solidaridad porque la está pasando muy mal en una epidemia que se caracteriza por la discriminación. Apostar a la solidaridad es apostar a una sociedad sana”.
Apostar a la vida, apostar por el prójimo, apostar por el futuro es el mensaje que redobla ACES y que mutiplican los jóvenes.
Claudio Minoldo

Claudio Minoldo

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