Antes, uno acudía a un ejemplar hecho y derecho de un diccionario, esto es, una edición de muchísimas hojas de papel que alguna editorial imprimía con más o menos cercanía a la Real Academia Española.
Las palabras dentro de esos diccionarios de papel tenían valor de irrefutabilidad, incluso cuando se tratase de consensos culturales hilvanados por personas de carne y hueso.
Hoy, el papel ha sido desplazado por las enciclopedias tipo “wiki” que permiten aceleradamente toparse con alguna definición. Pues, en una de estas últimas bibliotecas que pululan en internet, le asignan a la palabra “Valor” el significado de algo que es bueno y digno de aprecio y estimación. En el campo de la ética y lo moral, los valores son cualidades que podemos encontrar en el mundo que nos rodea.
No nos habíamos dado cuenta hasta ahora de que nuestro cometido como medio de comunicación era encontrar valor en la mini región que nos rodea. ¿Cómo? Pues, resaltando el trabajo desinteresado de mucha gente por su comunidad, poniendo de relieve los esfuerzos personales de niños y jóvenes en sus estudios y proyectos, poniendo sobre la mesa de discusión temas como la discapacidad, la violencia de género, la discriminación, resaltando la defensa de nuestros intereses como región.
Estamos casi convencidos de que ésa y no otra es la razón por la que miles de personas semanalmente van a buscar nuestro semanario en los más de 80 puntos de distribución que tenemos en la zona.
Quizás nuestro valor más importante sea que intentamos sacar valor en contextos donde resulta difícil encontrarlos. Dejamos de lado las noticias que confunden, que no suman, que alientan la división, que confunden.
Y lo hacemos con la convicción de que se puede crear una agenda de temas que invite a la lectura, al compartir, al intercambiar opiniones, que incite al intercambio de puntos de vista, que permita que cada uno saque sus propias conclusiones.
Así, con esas convicciones, Semanario Primer Día está transitando su tercer año y está agradecido de todo el cariño que viene recibiendo de la gente.
De algún modo, estamos anticipando nuestro agradecimiento a quienes nos ayudan a sostener la gratuidad en la entrega de cada domingo. A todos los que hicieron y hacen posible que el semanario llegue como ejemplar de obsequio a cada persona.
Porque creemos que hay valor en la cordialidad, en la gratitud, en el respeto por el que piensa diferente, en la diversidad, en la reflexión, en la crítica.
Hemos crecido porque los lectores nos han alimentado con sugerencias, con palmadas en el hombro, con palabras de aliento y ánimo, con felicitaciones. Y hemos tratado de devolver cada uno de esos gestos con trabajo honesto, con integridad, con búsqueda de noticias interesantes y edificantes. Construir así es lindo y es fácil y los méritos de esa construcción seguramente son colectivos.
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